Hoy hemos conocido dos hechos que me han recordado esta palabra, secretario, cuyo origen quizás venga de secreto, de guardar secreto, de custodiar conocimientos de otros, principalmente. La primera noticia ha sido la muerte de Sabino Fernández Campo. No voy a recoger una biografía tan amplia como la de este hombre. Solo resaltar su prudencia, máxime cuando pasó una parte importante de su vida al lado y al servicio de la más alta magistratura del estado, el rey. Siempre será conocido por su lealtad: "En mi caso, el silencio es la mejor lealtad". Por eso se negó a escribir sus memorias. "El honor de haber servido tan de cerca y tan directamente al Rey y a su familia tiene una contrapartida: la lealtad y la discreción. En una palabra, el silencio". Solo recuerdo un caso en que traspasó la línea de la prudencia, cuando salió en defensa de la reina Sofía, a raíz de sus declaraciones polémicas, recogidas en un libro de Pilar Urbano, sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo. Aquí Sabino (sin apellidos, como se le conocía junto a otros personajes de la transición) hizo una interpretación, a mi juicio, que se excedía del mandato constitucional. Pero esta excepción (que confirma la regla) no empaña su imagen de prudencia, servicio, lealtad y discreción, de secreto, de buen “secretario”. Descanse en paz.
El otro hecho es la entrevista que ha publicado El País al llamado vice-alcalde de Madrid, Manuel Cobo, donde se ha desahogado sin freno contra Esperanza Aguirre y sus seguidores. La guerra de Caja Madrid y otros asuntos como el espionaje (“Aunque intentaron encontrarme algo que me hiciera dependiente de ellos, a través de esa gestapillo que montaron y espiándome como espiaban a Alfredo Prada”) sirven para acusar de hipócrita a Aguirre (“Una cosa es ser liberal y otra muy distinta decirlo.”... “Y cualquiera que vea Telemadrid hoy y los que la veían antes comparen cuándo había más pluralidad.”). Ésta lo va a llevar a la dirección (Comité Nacional de Derechos y Garantías) para que lo expulsen y en Génova no ha sentado nada bien estas declaraciones tan ilustrativas, por airear los problemas internos del partido
Vamos, todo un ejemplo contrario del caso anterior. Imprudencia (respecto al partido y a sí mismo), deslealtad, indiscreción...una muestra más del guirigay que vemos cada semana dentro del PP, desde que Mariano Rajoy se hiciese con la presidencia en el congreso de Valencia, sin el “dedazo” ya de Aznar, y tras haber perdido dos elecciones generales (agravándose esta situación con el caso Gürtel y el del espionaje en la comunidad madrileña). Y es que en este PP, con tanta ansia de poder, sobran protagonistas y faltan secretarios. A este paso este partido también terminará descansando en paz.
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