miércoles, 17 de febrero de 2010

Jamón mismo

El jamón de Jabugo choca con el Islam en Dubai

El grupo andaluz Consorcio de Jabugo, que cuenta con sus principales instalaciones en la Sierra de Huelva, destacó que el primer año de su presencia en Dubai (Emiratos Árabes), porque pone de manifiesto "la capacidad exportadora" del cerdo ibérico, aunque lamentó "la escasez de ventas" registradas debido a que la mayoría de la población del país es musulmana, lo que no les permite comer cerdo.

Europa press

Me he enterado de esta noticia y creí que era una broma. Pero no, es cierta. Dubai es una país de moda. Un emirato árabe multimillonario gracias al petróleo y su posición estratégica a la entrada del Golfo Pérsico. Se hizo famoso por las enormes inversiones en edificios de grandes dimensiones, que desafían la capacidad humana para transformar el paisaje, destacando la torre más alta del mundo, Burj Khalifa, un rascacielos al que una avería en un ascensor ha obligado a cerrar al mes de su inauguración.

¿A quién se le ocurre ir a un país musulmán, en la misma península donde nació Mahoma, a vender jamón, un producto del cerdo?. Hace años, en Córdoba, una visita de las que se prodigan en la capital protagonizada por algún mandatario árabe y su séquito, fue agasajada por el ayuntamiento y se montó el escándalo. Cuando uno de los visitantes se encontró platos repletos de lonchas de exquisito jamón ibérico, protestó por la presencia del animal impuro para el Islam. Fue comentada en la prensa local la anécdota y la ignorancia del organizador del ágape, en la misma antigua capital del califato occidental. Seguro que creyó que como al salmorejo se le echa jamón, éste también tiene algo que ver con la herencia musulmana en España. Pobre tonto.

Cachondeo es lo que sugiere la noticia. Por mucho dinero que se mueva en el emirato (por cierto, noticia también en las últimas semanas por sus problemas financieros) no van a cambiar sus retrógradas costumbres y sus tabúes religiosos, estando en el meollo del integrismo y el fundamentalismo musulmán. Así ha ocurrido hasta ahora y no hay indicios de cambio. Todo lo contrario. Muchas prohibiciones religiosas son verdaderas antiguallas, carentes de sentido en el momento en que vivimos, pero sus seguidores las defienden con fanatismo. En fin, ellos se lo pierden, el jamón es un placer para los sentidos y si no quieren comerlo, que no lo hagan. A mí me da igual, mientras no me lo prohíban a mí, claro. Después del fiasco, que los exportadores busquen mejores mercados. Con inteligencia.

5 comentarios:

molinero dijo...

Ellos se lo pierden.
Mejor que no coman. Asi cabemos a más.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Di que sí, con lo rico que está, hasta el de Córdoba, de los Pedroches, ¿no?

molinero dijo...

Vaya que si!!

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Que sabio era tu padre. Y yo es que no sé como puede haber gente que no le guste el jamón, sea donde sea producido. Hay prohibiciones que son tonterías. ¡Ellos se lo pierden!
Besos.

molinero dijo...

Olé ahi María, que eres de los nuestros. Viva la vitamina J.