A Aznar le gusta la "mujer, mujer". Ya sabemos qué entiende el PP por eso. Lo han demostrado muchas veces con sus políticas sanitarias, sobre el aborto, la educación, etc. Ana Mato es un ejemplo, al parecer. Lo digo por la defensa cerrada que hacen de ella, a pesar de lo que cada día conocemos de esta señora. Que no sabía que su marido tenía un Jaguar en el garaje de su casa de lujo, que no se enteraba que las empresas implicadas en la trama Gürtel le pagaban las fiestas de cumpleaños, el confeti a mansalva, algunos viajes, el nuevo viaje de placer a Disneyland París... y lo que saldrá. Ella nunca se entera de nada. Vamos, una mujer ideal para su marido, "mujer mujer", la perfecta esposa del marido liberal hispano, como Dios manda. La que deja hacer sin pedir explicaciones, la que calla, la que se resigna sin querer saber. Un primor que cada domingo acude a misa, confiando en la divina providencia y en el buen hacer del esposo que Dios le ha dado. Por eso, para el PP, Mato no es culpable de nada. Es solo una pobre "mujer engañada". Y yo me pregunto, ¿cómo alguien así puede ser ministra? ¿cómo puede dirigir los destinos de España alguien que no se entera de lo que pasa ni al otro lado de la cama? Si la engañan a ella con lo más íntimo, con lo familiar, de forma continuada ¿cómo pueden impedir que nos engañen a los contribuyentes? ¿ o que nos hagan daño? ¿Cómo puede impedir que nos dañe ella misma, si no es consciente de sus actos o de los que tiene más cerca? Que me perdonen, pero o esta mujer es tonta o cree que los tontos somos los demás. Por eso solo se merece lo que el PP quiere de la "mujer", que solo sea perfecta madre y ama de casa. Pues, para ello, que dimita.
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