En Cataluña y España no cabemos todos

"En Cataluña y España no cabemos todos". Así terminó sus palabras la presidenta del PP catalán Alicia Sánchez Camacho, cuando presentó su campaña a la presidencia de la Generalitat catalana. Antes de ayer publiqué un post sobre los salarios y el desempleo, a raíz de las palabras del presidente de la comisión de economía de la CEOE. Hacía algunas preguntas, entre otras ésta: "¿Por qué no reconocen que se aprovecharon durante mucho tiempo de los salarios más baratos pagados a los inmigrantes?". Y miren donde encuentro la respuesta: los inmigrantes, para una parte de la sociedad española (que tiene su representación en la derecha política), son mano de obra barata que se emplea cuando conviene; cuando no, se les expulsa. Estas palabras de la "mano derecha" de Rajoy en Cataluña lo ponen de manifiesto. Aprovechando la barbaridad que había propuesto el ayuntamiento de Vic, sacan de nuevo el fantasma de la inmigración como gran problema para España, por supuesto, generado por los socialistas, claro. Ya mismo nos hablarán del "efecto llamada", como en los años anteriores a la victoria de Aznar en 1996. Siempre olvidando que las reformas que hizo el PP, cuando gobernó, no solo no frenaron la inmigración, sino que ésta aumentó, gracias a la entrada de países como Rumanía y Bulgaria en la Unión Europea, con un periodo transitorio de varios años, en los que no se autorizaba a trabajar legalmente a sus nacionales, en los demás países miembros. Cuantos y cuantos ciudadanos de estos dos estados entraron en nuestras fronteras legalmente, como transeúntes o turistas, y pasaron a engrosar la economía sumergida, trabajando jornadas brutales y con salarios de miseria. Ahora, con la crisis económica y el paro, les sobran, claro. "No cabemos todos", dicen.

Esas fechas previas a su acceso al poder (la segunda transición, que dijo Aznar en un libro de igual nombre), con la misma o parecida estrategia, es lo que volvemos a rememorar en estos días. Y para rizar el rizo, también otro de los personajes de la época, Rodrigo Rato, que va dando conferencias para hacer su presentación como futuro presidente de Cajamadrid, ha sacado otro espantajo de los de entonces: la quiebra de la Seguridad Social y las pensiones. Los mismos perros, pero esta vez "con el mismo collar". Ya no cambian ni el discurso, fruto de un informe, encargado, como entonces por la patronal de las compañías de seguros. Les hará falta dinero para sus empresas, y ¿qué mejor que meter el miedo en el cuerpo de los futuros pensionistas, si de paso le damos un palo al gobierno socialista?. Decía en mi post del martes que las viejas fórmulas deben dejarse atrás para superar la crisis. ¿Y que encontramos?. Catastrofismo y miedo en las pensiones, unido al discurso contra el extranjero, también triunfante en Italia, Francia o Suiza. Ni para esto son originales. ¡Que tropa!