Muchas veces vocablos de otro idioma, a nuestro oído, suenan a cosas dispares, que no solo no tienen que ver con su significado en castellano, sino que incluso nos zahieren algo más que el órgano auditivo. Hoy me detendré brevemente en la lengua portuguesa, que comparte con otras, y por supuesto con nuestro idioma, los textos que se incluyen en los artículos de venta en tiendas, supermercados, y otros comercios, por imperativo de compartir mercado común y la necesidad de vender a toda costa en cualquier país.
En varios de los artículos que escribió el maestro Fernando Lázaro Carreter en sus delicioso libro recopilatorio El Dardo en la Palabra, nos contó el autor la anécdota de un rey portugués que reproduzco sin más dilación: Se cuenta que el último rey de Portugal, don Manuel II, habiendo preguntado a su ayuda de cámara el nombre de un embajador hispanoamericano cuyas cartas credenciales debía recibir aquel día, se encontró con la resistencia del palaciego a decírselo: "Majestad, no sé si debo..." Pero la orden del monarca venció el púdico temor, y con desmayo de voz, le dijo el nombre: "Se llama Raúl Porras y Porras". No es difícil imaginar el porqué de aquel melindre. Y se cuenta que el desdichado rey, a quien la dignidad de la corona obligaba a permanecer impasible en los trances graves, se limitó a comentar: "Lo que molesta es la insistencia".
Como decía al principio, un texto del envoltorio de un producto de cocina, escrito en castellano y portugués, ha provocado mi curiosidad. La caja envuelve masa de hojaldre, que mi seño ha sacado a la intemperie, para que se descongele y hacer una sabrosa empanada, para cenar esta noche, que la tendré que pasar en casa por imperativos de mala salud. Pues bien, la caja indica que contiene "masa de hojaldre" (en castellano), y "massa Folhada" (en portugués). En esta última lengua y también en gallego, las letras "ele" y "hache" unidas suenan como "elle", el sonido que nosotros representamos con "dos eles". Ya se imaginarán cómo suena el letrero completo. Seguro que a Nacho Vidal y a María Lapiedra, por ejemplo, les encanta un buen hojaldre como éste, con o sin la "masa", pero en portugués....Y a mí también, ya te digo. Y hasta en castellano.
11 comentarios:
En portugués, hoja es folha, igual que en catalán es full.
En portugués, pasta folhada y en catalán pasta fullada.
Es que hay que ver, siempre pensando en lo mismo...
Euphorbia, la jod... no tiene enmienda. ¡Cómo somos!, jajajaja
El verbo "follar" es, en su origen, eufemismo de "mantener relación carnal" o "coito".
Porque "follar" es derivado de "folgar" u "holgar"; y en vez de decir crudamente "nos acostamos y mantuvimos relación carnal", resulta menos crudo decir "nos acostamos y holgamos".
Pero con los eufemismos siempre pasa lo mismo: que acaban siendo tan inconvenientes como los vocablo a los que sustituye.
Así, por ejemplo, el verbo "coger", en Méjico, lo entienden directamente lo mismo que nosotros entendemos por "follar".
"Retrete" significaba, en su origen, "lugar apartado o íntimo", para sustituir a "letrina" (así, el "toque de retreta", en la vida militar, se usa para ordenar a la tropa retirarse a dormir; Santa Teresa, en una oración, dice algo así como "Me voy contigo, Señor, al retrete de mi corazón", por "al lugar apartado e íntimo de mi corazón"). Pero como el eufemismo "retrete" acabó siendo una palabra inconveniente, se ha sustituido por "excusado", "water closet", "lavabo" y, últimamente, "baño". De donde ahora, si alguien nos dice que Cuqui o Pepi está en el baño, entendemos que está orinando o algo más entretenido; no entendemos que se esté bañando o duchando.
Así somos de cursis con el lenguaje.
En la América central y caribeña, decir -como yo decía cuando estuve allí por vez primera, hace más de cincuenta años- "voy a desayunar un bollo con aceite o mantequilla", entienden que lo que te vas a comer es una "crica" o "hendedura de la mujer", untada de aceite o mantequilla. Se trata de un término eufemístico, parecido al eufemismo "higo", tan popular en Andalucía.
Conclusión: Lo mejor es llamara a las cosas por su nombre y no incurrir en gilipolleces.
Saludos.
No sabía lo de coger/follar de México. Lo conocía de Argentina.
En Colombia si pides un tinto te sirven un café.
En Brasil descubrí que "exquisito" es "raro", "extraño". Comiendo en casa de la madre de un amigo cometí el error de elogiar sus platos diciendo que eran "exquisitos"... En Brasil una oficina es un taller de coches. Y para probar usan "experimentar". Así que en una tienda de ropa preguntarás dónde puedes experimentar. Y embutido es empotrado (un armario embutido).
Ja, ja, ja... ¡Qué ocurrente, ingenioso y simpático el artículo! Espero que tu salud mejore, el lunes hay que continuar trabajando para poder levantar la crisis que nos sacude las entrañas. luego, respecto a las lenguas de cada lugar suceden con frecuencia anécdotas muy graciosas, como la que nos ocurrió a Antonio y a mí en Lisboa, con la lengua protuguesa, de la que tú hablas: íbamos en un taxi y el taxista preguntó de dónde éramos, tras oir la respuesta comentó en portugués, por supuesto, "eu conhaco", que a nivel fonético sonaría "eu coñazo sevilla". Quería decir que conocía Sevilla, pero no Córdoba, el lugar del que anteriormente habíamos dicho que éramos. Mi marido, que es de ciencias, respondió: ¿Que es un coñazo Sevilla, más que Córdoba?... Yo no sabía dónde meterme. En cuanto a lo de folhar, opino que nuestra ll está siempre donde tiene que estar, no como en otras lenguas que la ocultan detrás de las h, que para más inri ni siquiera suena. Besos y a mejorarte.
Coincido con tu conclusión, amigo Octavio, jajajaja. Las cosas claras y el chocolate espeso, como decía mi padre.
Saludos.
Adrian, yo también lo conocía por Argentina. Mi hermana mayor vivió allí y tuvo más de una anécdota cuando todavía no se expresaba en "argentino". Lo del coger también. Y con más vergüenza aún, porque era soltera y teresiana. Me hubiera gustado ver las caras de sus interlocutores.
Gracias, Mari Carmen, por tus calificativos sobre la entrada y por lo de mi salud. Voy mejorando, pero sigo griposo.
La anécdota que cuentas es otro ejemplo de lo que pretendía con el post.
Buen finde...besos
Simpatico el tema. Por cuestiones de trabajo estuve yendo casi todas las semanas a Lisboa durante un año y no te puedes imaginar la de situaciones embarazosas y cachondas que me ocurrieron. A veces despues de ocurrido el malentendido te partias de risa, pero otras deseabas que te tragase la tierra. Es lo malo de estos idiomas que se parecen tanto al castellano que te crees que lo entiendes pero no es así.
Por cierto, si la masa después de follada estaba ultracongelada, en realidad era "masa jodida", ja, ja, ja.
José Ángel, ¿no se te ocurriría pedir "porras" (por churros) con chocolate en Portugal, no?, jajajaja. Entonces el "hojaldre" hubieses sido tú.
Menos mal que porras no pedí nunca, (imagina el cansancio del camarero si le piden muchas porras), pero si que me hizo gracia lo del jamón, que se dice "presunto". Cuando te lo ponen comprendes lo de "presunto", piensas... mira que honestos, no le llaman jamón sino presunto, eso deberian hacer en España cuando te ponen algo que parece jamón pero que no lo es, o al menos aún no está demostrado, como lo de presunto delincuente. Pues eso, en Portugal el jamón es presunto, o sea que no está demostrado que su procedencia sea del cerdo ibérico.
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