La "película" de Gibraltar que se ha montado el gobierno, para ocultar el fracaso de Rajoy en su comparecencia en el Congreso y eliminar el efecto Bárcenas (cosa que no parecen haber conseguido, véase de nuevo El Mundo de hoy), sigue dando secuelas de lo más divertidas. Los ministros de defensa y exteriores, Morenés y García Margallo, respectivamente, siguen dándonos sesiones humorísticas a costa de sus contradicciones, intentando calentar el ambiente, pero sin pasarse de rosca, pues están jugando con fuego y metiéndose con un aliado (en la UE y la OTAN) que no es precisamente débil. Recordemos un episodio similar que le ocurrió a Argentina con las Malvinas. Uno declara que hemos cedido siempre ante Gran Bretaña y otro que el asunto no es cuestión de soberanía. Margallo ya empezó su mandato con un estúpido grito de "'Gibraltar español" ante un eurodiputado británico, que ya avanzaba por donde iban los tiros de su política fanfarrona. El otro, Morenés, sabedor de las consecuencias de este enfrentamiento, quiere seguir con el sainete, pero tendrá presente que si consiguiese recuperar el Peñón, después vendrían las reivindicaciones de otro amigo y aliado (Marruecos) sobre Ceuta y Melilla, y alguien le podría recordar que hasta Franco, cuando interesaba, no se opuso a que se consideraran estos territorios como colonias en el Norte de África (¡hasta Canarias! fue considerada una colonia, cuando el colonialismo era el sinónimo moderno de las ambiciones imperiales que añoraba el régimen). Las declaraciones de los miembros del gobierno y su corte de aduladores son un sinsentido tras otro, tanto que recuerdan a otra película, "Dos tontos muy tontos", como se tituló aquí aquel éxito de Jim Carrey y Jeff Daniels, que también ofreció una secuela para deleite de los seguidores de los cómicos estadounidenses. "Tonto es el que hace tonterías" decía Forrest Gump en su película. ¿Les sonará a los dicharacheros ministros? Que se apliquen el cuento.
domingo, 11 de agosto de 2013
Morenés y Margallo, de gresca por Gibraltar
La "película" de Gibraltar que se ha montado el gobierno, para ocultar el fracaso de Rajoy en su comparecencia en el Congreso y eliminar el efecto Bárcenas (cosa que no parecen haber conseguido, véase de nuevo El Mundo de hoy), sigue dando secuelas de lo más divertidas. Los ministros de defensa y exteriores, Morenés y García Margallo, respectivamente, siguen dándonos sesiones humorísticas a costa de sus contradicciones, intentando calentar el ambiente, pero sin pasarse de rosca, pues están jugando con fuego y metiéndose con un aliado (en la UE y la OTAN) que no es precisamente débil. Recordemos un episodio similar que le ocurrió a Argentina con las Malvinas. Uno declara que hemos cedido siempre ante Gran Bretaña y otro que el asunto no es cuestión de soberanía. Margallo ya empezó su mandato con un estúpido grito de "'Gibraltar español" ante un eurodiputado británico, que ya avanzaba por donde iban los tiros de su política fanfarrona. El otro, Morenés, sabedor de las consecuencias de este enfrentamiento, quiere seguir con el sainete, pero tendrá presente que si consiguiese recuperar el Peñón, después vendrían las reivindicaciones de otro amigo y aliado (Marruecos) sobre Ceuta y Melilla, y alguien le podría recordar que hasta Franco, cuando interesaba, no se opuso a que se consideraran estos territorios como colonias en el Norte de África (¡hasta Canarias! fue considerada una colonia, cuando el colonialismo era el sinónimo moderno de las ambiciones imperiales que añoraba el régimen). Las declaraciones de los miembros del gobierno y su corte de aduladores son un sinsentido tras otro, tanto que recuerdan a otra película, "Dos tontos muy tontos", como se tituló aquí aquel éxito de Jim Carrey y Jeff Daniels, que también ofreció una secuela para deleite de los seguidores de los cómicos estadounidenses. "Tonto es el que hace tonterías" decía Forrest Gump en su película. ¿Les sonará a los dicharacheros ministros? Que se apliquen el cuento.
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