El Guadalquivir, el río Betis

La semana pasada se presentaba en la Diputación Provincial de Córdoba el libro Guadalquivir, un valle legendario, del amigo y “buena gente”, Fernando Penco, con fotografías de José Luis Cumplido, otro amiguete y compañero de viajes, copas y “peroles” varios (como se dice en Córdoba).

Fernando Penco, arqueólogo y escritor premiado ya, ha expresado que "es un libro de viaje, como lo hacían los románticos del siglo XIX, que venían a España y se unían con el pueblo llano, quedaban fascinados y hacían una narración". Y, efectivamente, así es. Esta semana lo he podido ojear. Fernando nos reseña, al hilo de las fotos del “Cumpli”, historias varias en torno al río grande, el Betis de los romanos, el Guadalquivir, como pasó a llamarse tras la dominación musulmana. Eso sale allí, la amplia historia de este viejo río ocupado por seres humanos, desde antes que la Historia se pudiese trasladar a la escritura. Y también nos relata, con texto e imágenes, historias cotidianas, normales, que puedes ver ahora si te pasas por algunos de los paisajes reflejados (historias de pescadores, de vendimiadores, segadores, artesanos...). El libro nace de un documental realizado por Penco y Cumplido hace tres años: La muerte a través del Guadalquivir , que dio la idea de la obra. La muerte (que recuerda las muchas imágenes con nubarrones, oscuras, retocadas con sepias y grises, muy al estilo con el que nos tiene acostumbrado el varias veces premiado José Luis) y sobre todo la vida, de un amplio territorio cruzado por el agua tan necesaria y tan usada por tantos pueblos, como los que por aquí han pasado y nos han dejado su huella.