martes, 1 de julio de 2008

Las querellas de CajaSur


En febrero pasado estalló la bomba, la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Córdoba, CajaSur, se querellaba contra un antiguo director general y un promotor urbanístico implicado en la Operación Malaya. Poco después, la Fiscalía Anticorrupción se unía a la causa penal. Ya comenté que se veía venir. Era un escándalo en boca de todos, sobre todo tras la auditoría del Banco de España. La Fiscalía de la Audiencia Provincial pidió la acumulación en un solo sumario de las dos querellas. Casi cuatro meses después este asunto sigue sin resolverse (la acumulación), los órganos judiciales siguen sin decidir a qué juzgado le corresponde la instrucción, tras sucesivas vicisitudes. Todo está paralizado. Chungo el tema. Nadie quiere esta patata caliente para quemarse, estando implicados personajes tan poderosos (uno, famoso promotor con negocios de diversa índole, incluído el inmobiliario, y el otro, la mano derecha de Miguel Castillejo, anterior canónigo de la Catedral cordobesa y ex presidente en la época en que se echó la Caja en brazos del PP, para escapar de la tutela de la Junta de Andalucía) en la ciudad de los califas. Me temo que de seguir así, nos encontraremos con el habitual resultado cuando hay juicios contra personajes poderosos de la derecha: la absolución por la prescripción. ¡Ay, ay, ay, ay, ay!. No quiero pensar mal, pero.....Seguiremos informando.

6 comentarios:

Euphorbia dijo...

Esperaremos que estés malpensando...
Un saludo

Aprendiz de Mucho dijo...

Ya se sabe, estas cosas siempre se hacen por el bien de todo@s, por "prescripción" facultativa

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Muy bueno, Aprendiz.

Euphorbia, no puedo esperarlo, con los antecedentes más o menos recientes. Y algunos más: Caso Naseiro, Caso Cementerio de Madrid, los Albertos....Bueno y el más intrincado y pendiente también, el Caso Fabra.

La sonrisa de Hiperion dijo...

Yo no es que prefiera pensar mal, es que no se puede pensa de otra forma.
Un saludo.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Eso es, Hiperión. Nos hacen ser suspicaces necesariamente.

Anónimo dijo...

Somos sospechosos y sospechantes por naturaleza