domingo, 5 de septiembre de 2010

Declaración de ETA

Ya he ido tres veces al País Vasco. La última el pasado julio, para una boda. Un feliz acontecimiento, un magnífico viaje que contrastaba con el primero que hice hace siete años  y que conté en el blog con motivo de un atentado a una casa del pueblo de Bilbao. Entonces fuimos en un ambiente enrarecido, malo. Se notaba la presión de ETA y sus acólitos, después de la negociación frustrada del gobierno del PP con "el movimiento vasco de liberación" (Aznar).  Y antes del intento de Zapatero, tras el "cese indefinido de la violencia" en 2006. Y los socialistas éramos el objetivo prioritario del terrorismo.

En este último viaje a Euzkadi el ambiente era muy diferente. Se respiraba optimismo, la presencia de los pro-etarras era menor. La gente daba de lado a los extremistas, como pudimos comprobar el el bulevar de San Sebastián, la tarde que llegamos, donde un grupito "amenizaba" el paseo donostiarra desde el quiosco de la música, próximo al ayuntamiento, con una grabación en euskera protestando por algo, que nadie escuchaba a pesar de ser repetida una y otra vez. Me hablaron alguna vez de que estaban contentos con el nuevo gobierno de Patxi López, que desde que gobernaban los no nacionalistas había más libertad y tranquilidad. Aunque la gran mayoría de la gente siga sin implicarse en política, por miedo, costumbre o recelo. Había optimismo en el ambiente.

Hoy ha salido un comunicado hablando de que "ETA hace saber que ya hace algunos meses tomó la decisión de no llevar a cabo acciones armadas ofensivas".  No me extraña, con este ambiente del que hablaba, tras decenas de detenciones de sus cúpulas dirigentes, tras la salida de sus amiguitos de las instituciones vascas, tras el desprecio de la mayoría. No pintan nada, nada más que en los titulares de las "crónicas de sucesos" cuando se producen detenciones. Y necesitan sacar la cabeza. Pero, tras leer el comunicado, repleto de la verborrea antigua y estúpidamente ególatra que siempre han tenido, sigo pensando lo mismo. Que deben desaparecer. Que deben dejar y entregar las armas. Que tienen que buscar otras vías para la participación política, ahora pervertida por su criminal actuación, no por los otros. Sin ser inflexibles, por supuesto, pero demostrando que se acaba el terrorismo de verdad. Eso es lo único que vale. La paz conseguida por los que viven allí, a pesar de estos impresentables, no debe "negociarse", sino que debe afianzarse y mejorar.

Por cierto, los demócratas debemos "seguir todos a una". Si el PP se apunta otra vez, de lleno, a las insidias de la extrema derecha (otros impresentables, con la misma catadura moral) estaremos haciéndole el favor a los que pretenden engañarnos para conseguir sobrevivir en un mundo democrático, donde no tienen sitio.

2 comentarios:

EL QUINTO FORAJIDO dijo...

Crucemos los dedos esperemos que esta sea la definitiva.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

No confío yo en ello, Quinto Forajido.