lunes, 26 de marzo de 2012

El cambio andaluz...en calderilla


Ayer fue un día intenso y la noche no lo fue menos. El PP ganó las elecciones en Andalucía, como preveían las encuestas. Pero ganó sin mayoría absoluta, como no preveían las encuestas. Éstas tuvieron su doble efecto, el de anticipar lo que pensaba votar la gente, y el de modular ese pensamiento en función de sus intereses, no los de los estrategas políticos y mediáticos. Así quienes temían que el PP obtuviera una mayoría absolutísima en España, ganando también en Andalucía, tras treinta años de gobierno del PSOE, no le dieron satisfacción a Rajoy y su corte de aduladores mediáticos de extremo "centro". Ayer me comentaban "el pueblo es sabio, no puede permitir tanto gobierno del mismo partido en todas partes". Pocos meses de gobierno de Rajoy, aplicando recetas neoliberales, hasta con chulería, quitando derechos con la reforma laboral, subiendo impuestos a pesar de prometer bajarlos, dando un vuelco sin precedentes en el panorama social, político y hasta cultural, no provocan tanto entusiasmo ni entre sus recientes votantes, llegando a perder 400.000 votos desde el pasado 20N. En general la derrota del PSOE no ha sido tan fuerte como esperaban, solo poco más de un punto de diferencia. Y el ascenso de IU hace que la mayoría del parlamento salga con escaños a la izquierda. Un posible pacto, que ya intuían anoche (o sabrían tras conversaciones telefónicas), dejaría sin poder a los populares. IU tiene una oportunidad de no convertirse en cómplices de los autores de la reforma laboral. Andalucía no es Extremadura, y tal vez incluso cambie allí la cosa. La gente ha pedido claramente otro tipo de recetas contra la crisis.


Las caras de los asistentes al balcón de la sede del PP sevillano eran muy ilustrativas: Zoido, Sanz, Montoro, Tarno...el mismo Arenas. No tenían nada que celebrar. Rostros sombríos, miradas perdidas o líderes cabizbajos, dominaban, aunque la ministra de empleo (es un decir) intentara animarles con sonrisa forzada. Era la constatación de que no había nada que celebrar. Como tampoco celebraban nada los pocos asistentes a las puertas de su sede. Algo muy diferente de aquel 20N que ahora parece tan lejano. Y es que pusieron toda la carne en el asador, no solo para ganar, sino para arrasar con el "enemigo", para expulsar al PSOE de las instituciones y hasta de la Historia. Y no pudo ser. Javier Arenas, hoy, como dijo Felipe González en Córdoba el pasado viernes, en un mitin de campaña, vuelve a ser el eterno candidato. No aspira ya a ser gobierno, como se dedujo de sus palabras ayer en el balcón, solo tener la primera fuerza política del Parlamento. Él pidió y ofreció cambio "dorado" a los andaluces. Y Andalucía le dio el "cambio en calderilla". La edad de oro popular deberá seguir esparando unos años más. 


Esta semana también será intensa para Rajoy. Este fracaso en Andalucía y lo ocurrido en Asturias (ganó el PSOE, y si tiene el gobierno el PP es pactando con el díscolo Álvarez Cascos, el anterior enemigo a batir) le ponen en un difícil trance. La izquierda se puede envalentonar haciendo que la Huelga General del 29 no sea el fracaso que esperan. Y después vendrá el consejo de ministros de los Presupuestos. ¿Se atreverán a continuar en la misma línea después del severo toque de atención de los ciudadanos? Veremos.

3 comentarios:

Jesús Herrera Peña dijo...

Esas moneditas de calderilla que tienen por base el cobre (0,05 | 0,02 | 0,01 €) tienen tan poco valos que a mí no me gusta usarlas.
Desde ahora las voy a tomar más cariño porque han sido el "cambio" en calderilla de cobre que la mayoría absoluta de andaluces le han devuelto al "campeón" de las arenas movedizas.

Ya me le estoy intentando imaginar como cabeza de cartel en las próximas elecciones para la autonomía andaluza (o para donde sea...).

Buen provecho.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Ay, Jesús, a Arenas se le han chafado todas las alegrías. Eso pasa por ponerse un objetivo tan alto. Es curioso, lo pensaba después, esto solo pasa en España. Todos ganan y Arenas, que por fin ganó en Andalucía, se sintió derrotado porque no consiguiron la mayoría absoluta, y porque el PSOE no va a desaparecer, por mucho que lo han intentado. Hoy se hablaba de su futuro, si se iba o no. NO se irá, no sabe hacer otra cosa que vivir de la política. Espero que pase otros cuatro años en la oposición. Y lo aprovecharemos, si podemos. Gracias.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Ese si es el verdadero cambio, María, la nueva etapa que se pone por delante. Ojalá que no sea una marcha atrás y que Andalucía siga siendo referente de la izquierda, frente a la mayoría absoluta de Rajoy y sus escuadras. Por suerte, mucha gente como tú, fue a votar a la izquierda, a pesar de la alta abstención. Esta vez quien más ha perdido ha sido el PP, que se le han marchado 400.000 votos en estos cien días de gobierno.

Saludos