lunes, 4 de agosto de 2008

El bosque del sosiego

Sol, calor,
relajo, mar, el verano,
la tarde, sal, azul,
sombras entre árboles artificiales,
el río muriendo lentamente en el Atlántico,
la calma, calor, tranquilidad.

6 comentarios:

La sonrisa de Hiperion dijo...

De apetitoso da repelús... Con lo bien que se tiene que estar a estas horas de la tarde, con el sol cayendo a plomo, cambiando un tejado, con sus tejitas, sus panales abispas, en fin... Que asquito da la comparación!
jajajaja
Saludos

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Algunas veces también pienso lo mismo cuando estoy en un sitio así, no crea, oiga!. Pero aquí se puede dormir una siestecita, en el tejado no. Sobre todo con 41 grados a la sombra... como ahora.
Saludos y que disfrute de la playa quien pueda.

Euphorbia dijo...

Este año poca playa, de hecho no soy muy playera, porque con el niño tan peque mejor que no le de mucho el sol, y siempre con protección 50, que la cosa está muy mala.
A mi me gusta ir a última hora de la tarde, cuando la gente ya se va pero aún hay luz para leer un ratillo.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Tampoco soy muy playero, Euphorbia, pero Ana, mi novia, sí. Así que cuando voy me meto bajo la sombrilla, con camiseta, gorra y una protección también alta. Y me dedico a hacer fotos a los barcos, la gente, las sombrillas...Claro que, como le decía a Hiperión, es mejor que estar en una obra al sol.
Que lo paséis bien cuando vayáis, incluído el peque, que seguro le encantará.

Anónimo dijo...

Cualquiera diría que te encanta ir a la playa. Te has olvidado de la arena, el viento de levante que a veces corre en Sanlucar, las altas temperaturas, las quemaduras por el sol, la piel pringosa, tener que cargar con una sombrilla que seguro está rota y no encontrar ninguna para alquilar, dar vueltas durante una hora para lograr aparcar en la quinta puñeta, encontrar una porcelita entre los millones de bañistas que están en la playa, cargar con el tocho que este verano está leyendo tu novia...
Recordaré este post cuando empieces a gruñir por alguno de estos pequeños contratiempos.
De todas formas siempre cabe la posibilidad de unas cañitas con patatas a la cerveza en la servecería internacional y otras con tortillitas de camarones en el Balbino.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Y yo te recordaré el comentario cuando cargue con la sombrilla, la maleta, me queme al sol... y todo eso me sirva para cargarme de razones para irnos al Balbino o a la Cervecería Internacional, al fresquito. O a otro chiringuito de otra playa, of course. Besotes.