Uno de mis blogs favoritos es el de Joaquín Leguina, ex presidente de la Comunidad de Madrid y ex diputado en el Congreso. Más de una vez he escrito algún comentario en sus escasas incursiones en la red (no escribe a diario), donde desparrama la sensatez y la lucidez de quien lleva muchos años en la cosa pública, aunque esté apartado en estos momentos. También tiene, como todos, alguna metedura de pata, más bien en la forma que en el fondo, como apunta en El Plural Jordi García-Soler en su artículo ¡Qué lejos, señor Leguina!. Pero eso no le hace merecedor de la inquina que está demostrando en los últimos tiempos este diario digital.
Joaquín Leguina sale definitivamente del armario
JOSÉ MARÍA GARRIDO
En los últimos meses, el ex diputado socialista Joaquín Leguina había criticado en numerosas ocasiones al Partido Socialista y a su secretario General, José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, Leguina nunca había sido tan claro como lo es ahora en su blog. El que fuera el primer presidente de la Comunidad de Madrid en democracia sale definitivamente del armario para dejar claro que no tiene nada que ver con “con el nuevo PSOE que dirige Zapatero”: "Ha sacado del baile interno a toda una generación de socialistas a la que pertenezco".
Este es el último ataque a Leguina, a raíz del reciente post publicado antes de las vacaciones, y creo que se han pasado. El plural es como un referente en el mundo de la izquierda digital, pero ese intento de hacer de contrapeso a Libertad Digital, desde la izquierda, como confesó Enric Sopena en sus inicios, no implica usar los mismos “métodos de expresión”, por decir de una manera suave que no se debe perseguir al adversario con la misma saña, atacando con fiereza y sin miramientos o acudiendo al insulto puro y duro. Creo que con Leguina han empezado una caza de brujas para todo el que, siendo de izquierda, no comulga con las ruedas de molino con que se pretende difundir un nuevo socialismo, identificado en este caso por el Zapaterismo, por parte de sus conversos y fieles. Yo también he criticado cierta tendencia a marginar a los que tienen experiencia y no responden al perfil de dirigente tan de moda y reflejado en la composición de la dirección salida del reciente congreso del PSOE. Y lo dice una persona que no tiene más de cincuenta o sesenta años, como muchos de esos que se sienten desplazados, sino 46, dos años menos que el mismísimo ZP, cuando se pone a éste como ejemplo del relevo generacional.
Mal asunto. Ser más papista que el papa siempre fue censurable, y ser más zapaterista que Zapatero también lo es. El culto a la personalidad es un pecado frecuente de la izquierda, pero de la izquierda totalitaria, la estalinista. No caigamos en purgas al estilo de ese dictador.
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