lunes, 7 de junio de 2010

Diez años de felicidad

Cuando los nubarrones del tiempo presente se ciernen sobre nuestras cabezas, la primavera nos invita a un paréntesis festivo. Muchas poblaciones celebran sus ferias, festejan la llegada del buen tiempo, que augura el trajín de las cosechas. Nos alivia el ansia que nos provoca la incertidumbre en el futuro, preñado del pesimismo de la escasez, fruto de excesos pasados. Por eso, aquí por el Sur, entonamos además de un quejío, algún poema vitalista y esperanzador.

¡Acábate el plato, niña,!
que no podemos dejar ná.
Acaba con la comida
y bebe conmigo, morena,
una nueva copa de vino
que la noche avanza ya.

Niña mía, el futuro 
no es tuyo
ni mío,
ni de nadie más.
¡Que vuelva 
la alegría ya!

Los manjares que la vida
nos pone en la mano,
hoy mismo los tendremos
que apurar. 

La fiesta se acaba siempre, 
y siempre nos viene
el año próximo
a la puerta de la caseta.
En el real de la feria,
nos vuelve a esperar. 

No dejes ni una miaja
en el plato de la vida
sin probar. 
Y acaba con los frutos
de lo bueno de los días,
que no podemos esperar.

Tomemos otro sorbo,
mi niña morena,
que la oscuridad
nos quiere abrazar.
¡Tómate ese bocado,
mi niña!
Que son diez años de felicidad.

2 comentarios:

EL QUINTO FORAJIDO dijo...

En la foto se ve que has seguido el consejo al pie de loe letra, que no hace falta ni lavar los platos jejeje.

Un saludo.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Pues no teníamos hambre a esas horas, tras todo un día de feria...Como para dejar algo en el plato. jajajaja.

Un saludo.