miércoles, 4 de junio de 2008

Jucio a Losantos, visto para sentencia

Hoy ha quedado visto para sentencia el juicio por la querella de Gallardón contra Jiménez Losantos. Ese juicio que ha sido aprovechado por el radio-predicador ultra-libegal para hacerse la víctima, tras poner como un guiñapo al alcalde de Madrid. Y que le desilusionó tanto al verse abandonado por sus “fieles” testigos Esperanza Aguirre y Ángel Acebes.

Este juicio también nos ha servido para comprobar al carácter hipócrita del susodicho, su doble rasero para medir la libertad de expresión. Decía que se ha hecho pasar por víctima, cosa que ha contado con el apoyo del único director de periódico, Pedro J. Ramírez, condenado por los tribunales españoles por conculcar la libertad de expresión, precisamente, de un empleado suyo en El Mundo. Y no hay más que pasarse por su web, Libertad Digital, para comprobar lo que él entiende por libertad de expresión. El día uno de junio el periódico Segre (subvencionado, según el, por los socialistas) publicaba una viñeta donde los autores se preguntaban si no eran Losantos y la AVT los “verdaderos terroristas” (juego de palabras con las siglas de la asociación preferida del radio-predicador). El diario, y los autores también, se han disculpado por el tono, aunque creen no haber sido entendidos. Y ello tras la campaña de insultos de los seguidores y redactores de Federico, que defienden que su “líder” pueda decir lo que le dé la gana de sus enemigos políticos, pero no toleran que a él se le pueda criticar libremente.

Hoy Losantos ha declarado "Gallardón quería demostrar que el poder político está por encima del poder de la crítica". Realmente quien se considera por encima de la crítica es el mismo Federico. Es a él a quien no se puede criticar, satirizar, contradecir, él está por encima del bien y del mal, o más aún, el es la encarnación del BIEN, el bien de España, de la derecha, de la humanidad, de Dios mismo, por intermedio de la santa madre iglesia, propietaria de la radio episcopal. Él puede zaherir a sus oponentes, sean rojos o buenos españoles descarriados, como Rajoy. Él es la libertad de expresión.

El abogado de Gallardón le ha acusado de injuriar a su cliente con ánimo de lucro y de mezclar insultos con acusaciones falsas a la manera de Goebbels: “a base de repetir mentiras, podemos llegar a pensar que lo que dice es verdad”. El fiscal también ha mantenido la acusación, llegando a afirmar que “no se han presentado pruebas de que el alcalde haya obstaculizado nada ni de que las acusaciones sean verdaderas”, en relación a la acusación al querellante de obstaculizar la investigación del 11M.

Pronto veremos que resultado tiene este juicio. No soy optimista, pero, al menos, ver a este personaje teniendo que responder ante la Justicia, como un simple mortal, ya ha tenido su premio.

4 comentarios:

Aprendiz de Mucho dijo...

Yo como castigo, aparte de la sanción economica, cosa fundamental para joder a sus jerifaltes, le impondria la pena de calibrador de pepinos en los invernaderos de Almeria durante al menos 7 años. Le quedaría el culo como el Canal de Isabel II.
Ahora que igual le terminaba gustando. ¿Podriamos llamar a esto último, sindrome de Estocolmo?

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Que malo es usted, don Aprendiz...

La sonrisa de Hiperion dijo...

Yo lo único que digo, es que la foto da miedo de "cojines"... Y lo que más miedo me da, es que no dista tanto de la realidad.
Saludos

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Cierto Hiperión, aunque han salido algunas voces contra la renovación del contrato, "Fegueguico" sigue siendo el radio-predicador oficial de los obispos. El algodón (del hábito eclesial) no engaña.