sábado, 15 de octubre de 2011

Reencuentro amistoso


En algunos de los artículos que he publicado sobre mis recuerdos de Palma, cuando joven, he hablado, entre otros de Leonardo, que era el operador que proyectaba en el cineclub de la asociación cultural Vientos del Pueblo, o de Federico, que vivió con su abuela Carmen en la casa de la calle Feria, donde estuvo la zapatería El Barato, la tienda de tejidos del mismo nombre o Ca Pineda. 

Leonardo Pérez es actualmete coordinador de programas del Instituto Provincial de Bienestar Social, de la Diputación provincial de Córdoba, siendo funcionario de esta institución desde hace casi treinta años. Fuimos compañeros en la asociación cultural nombrada antes y también en el instituto, cursando bachiller y COU. Compartimos piso en Córdoba, cuando él empezó a trabajar como trabajador social y yo estudiaba derecho en la Universidad de Córdoba.

Federico Navarro es el actual decano de la Facultad de Ciencias del trabajo de la Universidad de Córdoba. Nos conocimos de niño en el colegio de las monjas, estuvimos en el colegio de Antonio G. Chaves (el que había junto al ayuntamiento, en las dependencias del Frente de Juventudes) y luego coincidimos en el instituto y también en la asociación cultural Vientos del Pueblo. Empezamos juntos los estudios de Derecho en Córdoba, compartiendo piso de estudiantes algún tiempo. 

Junto a otros amigos y amigas formábamos un grupo muy unido y bien avenido. El tiempo, como siempre, termina separando a quienes eran uña y carne en otros momentos. Motivos profesionales, familiares y de otro tipo hicieron que fijásemos residencia más alejados. No obstante siempre hemos buscado alguna ocasión para reunirnos, alguna excusa para vernos, aunque fuese un vez al año. Sobre todo, alrededor de una buena mesa, donde compartir viandas, una buena conversación, bromas, recuerdos y comentarios sobre nuestras vidas y la actualidad a todos los niveles. Momentos agradables. 

Hacía tiempo que no coincidíamos los tres de esta manera. Y ayer, los tres "conspiradores" volvimos a compartir mesa, mantel y un apresurado y exhaustivo análisis de sobremesa. Quedamos conjurados para buscar el apoyo de otros "activistas conspiradores" y reunirnos de nuevo el mes próximo en las tierras de Micer Gilio Bocanegra. Fazañas gloriosas nos siguen esperando en lontananza. ¡Temblad gigantes, que los caballeros andantes cabalgan de nuevo!

2 comentarios:

Mari Carmen Navarro Ruiz dijo...

El tiempo pasa, pero la belleza perdura siempre, porque donde hubo llamaradas, quedas brasas. Qué?
Besos a los tres.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Bueno, bueno. ¿La belleza?...la de la amistad, no la de estos tres "jóvenes madurotes". ¿No? Se nota que eres buena amiga. Muchas gracias. Besos.