El presidente de la Diputación de Castellón está juzgado por presuntos delitos contra la administración pública y fraude fiscal.
Parece que nadie quiere correr riesgos. La última juez se fue en diciembre pasado, tras cuatro años de investigación. Ahora la sustituta es la OCTAVA persona que se encarga de la instrucción y no ha dado ni golpe en el caso, tal vez por su situación de interinidad. Convocado el concurso, nadie ha querido la plaza... No debe preocupar el paro entre los profesionales de la judicatura. O deben preocupar otras cosas.
Mucho poder debe tener este hombre, al que todos los del PP rinden pleitesía con lealtad canina. Y mucho deben temer quienes se deben ocupar de sentar en el banquillo a semejante personaje. Curiosamente, cada vez que alguien de la derecha es juzgado, o ha prescrito el delito o delitos, o alguien ha fallado en la instrucción, como en el caso Naseiro. Siempre se libran, oye. ¿A qué me suena esto?.
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