Me han encantado siempre los anuncios televisivos de Martín, aunque no me gusta el vermú. Esos “cortos” cinematográficos en blanco y negro, con la estética de los años 50, o mejor, de los 60 del pasado siglo, luciendo deportivos descapotables, minifaldas en mujeres esculturales con maquillajes aptos para el pop art, con pelucas y grandes gafas de sol, hombres con trajes negros de corbatas finas, en medio del lujo de una sociedad “feliz” y despreocupada, aunque se acercase la época hippy, contestataria por la guerra de Vietnam.
Charlize Theron en 1998 protagonizó uno de estos spots publicitarios, donde se le veía junto a un señor mayor, que recuerda a Aristóteles Onassis, en un puerto de la Costa Azul francesa, y que es seducida por el famoso Hombre-Martini, con su habitual gesto de pasarse el pulgar por los labios. Ella abandona al millonario “madurito”, mientras su minúsculo vestido de punto se va deshilachando poco a poco. Aunque la marca del vermú nos impide ver lo más glorioso de su postrera anatomía. ¡Uf! ¡Menos mal que nos queda la imaginación!
Charlize Theron en 1998 protagonizó uno de estos spots publicitarios, donde se le veía junto a un señor mayor, que recuerda a Aristóteles Onassis, en un puerto de la Costa Azul francesa, y que es seducida por el famoso Hombre-Martini, con su habitual gesto de pasarse el pulgar por los labios. Ella abandona al millonario “madurito”, mientras su minúsculo vestido de punto se va deshilachando poco a poco. Aunque la marca del vermú nos impide ver lo más glorioso de su postrera anatomía. ¡Uf! ¡Menos mal que nos queda la imaginación!
2 comentarios:
En este anuncio... por lo menos la protgonista tiene mas tetas que el tio "deseado" no es como el dolcce gabana.
jajajaj
Saludos
Muy buena observación, Hiperión. Un saludo del "hombre de negro con gafas". Jejejeje.
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