jueves, 4 de septiembre de 2008

Bolondrones

Durante unos días (sus vacaciones) hemos contado con la presencia en nuestra parcelilla de una académica, palmeña, pero catalana de adopción, que ha contribuido con entusiasmo a la elaboración de nuestro querido Diccionario Palmeño de la Parcelilla, Feli. Una de sus grandiosas aportaciones, por su comicidad, ha sido bolondrón. Esta palabra no aparece, curiosamente, en el Diccionario de la Real Academia, pero sí la encuentro en otro con el significado de (m. ant.) montón. (Diccionario enciclopédico ilustrado de la lengua española, Editorial Ramón Sopena, S.A. 1976).

Resumidamente, así lo relató: "Estaba mi vecino de Cabra preocupado por su gato y llamó al veterinario por teléfono, teniendo conectada la función manos libres, por lo que oímos la conversación con el veterinario (catalán, muy serio y circunspecto).

Vecino: Doctor, mi gato está muy mal.
Veterinario: ¿Qué le pasa?, ¿se comporta extrañamente?.
Vecino: Verá, no hace nada raro, pero es que caga unos bolondrones...
Veterinario: (Tras una pausa silenciosa) Bolondrones.....¿qué son bolondrones?.
Vecino: Que caga unas pelotas muy grandes que ensucian el piso....."

Este relato, plasmado libremente, según mis recuerdos, expresa lo que entendemos por estos lares por bolondrones, no un montón.

Bolondrón

1. m. coloq Aumentativo de bola o bolo. Palabra con la que definimos algo en apariencia redondeado y desmesurado. Como un niño bien gordo de tanta afición a comer en demasía o manjares que aportan gran número de calorías (como los dulces o la comida basura). O como las deyecciones del gato del vecino egabrense de la Feli.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajaja. Habría que ver el tamaño del minino que soltaba los bolondrones. Como dice una conocida debía ser un "jaquetón inmenso".
Vaya con el diccionario palmeño, ya le he echado un ojo a las entradas que tienes y la cosa es de lo más interesante.
Yo tengo a mi suegro que tiene diccionario propio. Me costó tela de tiempo enterarme de las cosas que me contaba. Parecía un guiri atontao, todo el rato preguntando al traductor.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Pues sí, el gato debe ser especial, pero no se lo hemos preguntado a mi amiga.

Me alegra que te parezca interesante el "Diccionario". Como ves intento darle un toque de humor, para adornar. Algunas palabras pueden ser inventadas. Pero la inmensa mayoría son reales. Incluso son verídicas (como diría Paco Gandía, el humorista) las anécdotas que cuento. No sé si dará mucho de sí, pero pronto publicaré un ejercicio práctico para cerrar la temporada veraniega. Saludos.