La última semana de agosto pasamos tres días en Fuengirola, “la playa de los cordobeses”. Son pocos días, pero, como tenemos muchos gastos y pendiente el viaje de novios, no se podía estar más tiempo.
El apelativo al que he hecho mención se lo tiene bien merecido. Y prueba de ello es la carta que publicó el diario Córdoba el pasado 2 de septiembre, donde una vecina de esta ciudad de la Costa del Sol se quejaba por la remodelación de la plaza San Rafael, que ocultaba la referencia a la ciudad de los califas.
Esta plaza tiene una historia curiosa. Era la Plaza Castilla, pero el empresario cordobés Rafael Gómez, Sandokán, costeó su remodelación en 1997 (con el PP en el gobierno municipal), con la condición de que recibiera el nombre del santo y que estuviera presidida por su imagen, que reposa sobre un enorme monolito de 23 metros de altura. Las malas lenguas dijeron que a la escultura, el insigne empresario joyero y promotor inmobiliario, le puso su propia cara y la colocó en una columna que le sobraba de las que adornan su chalet cordobés, al estilo de la Casa Blanca. Podéis ver la fotografía y haceros vuestra propia opinión.
El apelativo al que he hecho mención se lo tiene bien merecido. Y prueba de ello es la carta que publicó el diario Córdoba el pasado 2 de septiembre, donde una vecina de esta ciudad de la Costa del Sol se quejaba por la remodelación de la plaza San Rafael, que ocultaba la referencia a la ciudad de los califas.
Esta plaza tiene una historia curiosa. Era la Plaza Castilla, pero el empresario cordobés Rafael Gómez, Sandokán, costeó su remodelación en 1997 (con el PP en el gobierno municipal), con la condición de que recibiera el nombre del santo y que estuviera presidida por su imagen, que reposa sobre un enorme monolito de 23 metros de altura. Las malas lenguas dijeron que a la escultura, el insigne empresario joyero y promotor inmobiliario, le puso su propia cara y la colocó en una columna que le sobraba de las que adornan su chalet cordobés, al estilo de la Casa Blanca. Podéis ver la fotografía y haceros vuestra propia opinión.
Según nos enteramos por esa carta al director, ya no le guardan respeto a la obra de este empresario, imputado en la Operación Malaya y en otros asuntos turbios de los que ya me he ocupado en este humilde blog. Y se pregunta la comunicante “¿Qué pensará el Arcángel de todo esto?. Pregúntele, señora Oña “ . Seguramente esta alcaldesa, Esperanza Oña, mano derecha de Javier Arenas, que fue quien pacto la obra de remodelación a cambio de no sé que asuntos urbanísticos , habrá pedido asesoramiento al arcángel para “soltar lastre” en este asunto, ocultando bajo juegos infantiles el origen de esta obra. Éstas y éstos del PP son muy listillos.
4 comentarios:
La gente es qe flipa en colores... Menos mal que yo no voy a ver ángeles, voy a ir directamente al infierno...
Saludos
Adorador de lucifer, Hiperión, que eres un adorador del ángel caído, pero el otro, el cachondo (como se entere Rouco Varela que no buscas ángeles....). Pero yo creo que a algunos otros no les va a salvar ni su santo patrón.
Saludos.
Qué bueno, Trafalgar Square de andar por casa con su Nelson de pacotilla. Delirios de grandeza que rayan lo ridículo.
Delirios, Euphorbia, de un nuevo rico, que ha contado con la bendición (en sentido real y figurado) de grandes poderosos de Córdoba y otras zonas donde ha extendido sus negocios. Cuando comentaste el post del juicio del joyero absuelto de estafa, hice apuntes sobre la gran parte del sector joyero que vive en la economía sumergida. Este hombre sabe mucho de ello, vovió de la emigración y se hizo rico, y diversificó su negocio, con la construcción. En Córdoba, recuerdo, hace años se decía que todo el suelo rústico alrededor del casco urbano tenía tres propietarios: Prasa (otra gran empresa inmobiliaria, cuyo presidente también ha sido llamado a declarar en la Malaya), el cura Castillejo (anterior y durante muchos años, presidente de CajaSur) y Sandokán. Eso hizo que el precio del suelo subiera como la espuma al no haber posibilidad de urbanizar para construir nuevas viviendas, sin pasar por alguna mano (o varias diferentes) de estos "tres mosqueteros".
Y ahora llega además la crisis, tras la burbuja.
Ángel, o Nelson, en columna con cimientos de barro.
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