viernes, 7 de marzo de 2008

Objeción de conciencia 2

Un aspecto de la sentencia sobre EPC quisiera profudizar. Los padres expusieron en su demanda que la asignatura "utiliza terminología y conceptos propios de la ideología de género". Lo reflejé en el anterior post. ¿A qué se refieren?. Ideología de género es la que predica la igualdad de género. Entiendo, por tanto, que los padres recurrentes no la comparten, ya que la consideran "cambiante", "discutible y discutida", y con "objetivos políticos", distintos de los suyos "personales". Cuando se ha descubierto la "trastienda" de la sentencia (véase El País y Público), se entienden las afirmaciones. Los padres son kikos (seguidores del fundamentalista ultracatólico mexicano Kiko Argüello), y éstos sostienen que la mujer está destinada a tener los hijos que le mande Dios (que es el único que tiene voluntad propia) y a confinarse en su casa para sostén de la familia. Claro, de igualdad de oportunidades, nada de nada: la mujer en casa y con la pata quebrada (como se decía aquí antaño). La sentencia considera ésto como un "fundamento jurídico" ("FUNDAMENTOS DE DERECHO", "SEGUNDO", promer párrafo in fine). Si luego comprobamos que el ponente de la sentencia es el hijo del opusdeísta José Gabaldón, presidente honorario del ultraconsevador Foro de la Familia y que ha usado argumentos publicados por su padre, la ecuación se cierra. Dogma ultracatólico y rancia ideología, la que defiende el PP.
Es escandaloso que se considere fundamento este frontal ataque a la igualdad, haciendo caso omiso del artículo 14 del texto constitucional, y de la Ley de Igualdad, recurrida por el PP y, no obstante, declarada VÁLIDA por el Tribunal Constitucional. La derechona sigue atancando los fundamentos de nuestro régimen democrático. Y también es escandaloso que el que juzgue este caso sea el hijo del que lidera la entidad que ha prestado apoyo legal a los padres recurrentes, en flgrante incompatibilidad. "En la guerra todo vale" y parece que éstos piensan que están en guerra (o cruzada) contra los rojos. Como diría Aznar, ¡sin complejos!. Sin vergüenza.

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