domingo, 29 de agosto de 2010

Prohibido aparcar antiguamente...y ahora

"No se permite dejar carruajes en esta plazuela bajo la multa de 5 pesetas". Eso dice el letrero, que encontramos en Segovia hace unos días. Ya sabéis de mi interés por el mobiliario urbano, entre el que incluyo a las señales de tráfico. Esta indicación es antigua, como se puede apreciar en el detalle. Está pintada sobre la fachada del edificio. Y su lenguaje nos retrotrae a otros tiempos, en los que circulaban carros, tirados por animales. Ya hace muchos años. Entonces también tenían la preocupación de ordenar el tránsito o la circulación por las calles. Y la sanción, para nosotros, es pequeña y en una moneda que dejó hace tiempo de ser de curso legal, al sustituirla el euro (pero para entonces sería muy severa, de un gran valor económico, seguro).


Este rótulo lo encontramos en una plaza de Segovia, cuando íbamos a ver la catedral y el alcázar. Está situado en la fachada, haciendo esquina, del Palacio del Conde Alpuente, un edificio del siglo XV (aunque el letrero será posterior), de estilo gótico flamígero, que actualmente alberga el Servicio Territorial de Fomento de la Junta de Castilla y León. Como se ve en la otra imagen, actualmente se complementa con una típica señal de prohibición de aparcamiento que, además de ser comprensible para los que no entiendan nuestro idioma, no hace necesario informar sobre la multa que te impondrán si no cumples su mandato. Seguro que el coste de la sanción supera con creces el del antiguo letrero. Mejor no saberlo, respetando la prohibición y no afeando con la presencia de vehículos uno de los hermosos rincones que esconde el casco viejo (la antigua morería) de la capital segoviana.

4 comentarios:

Minipunk Arias dijo...

Que curioso, me ha gustado.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Muchas veces, cuando paseamos por lugares desconocidos, y algunas veces hasta por los habituales, nos encontramos detalles curiosos, como éste. Me encantan. Me alegra que te haya gustado, Minipunk. Un saludo.

Octavio Junco dijo...

Tu comentario sobre Segovia me trae muchos recuerdos personales, amigo Schevi.
Segovia es la patria chica de mis suegros, de mi mujer y de mi hija mayor. Allí viví y trabajé algunos años y cuando trasladé mi domicilio familiar a Madrid fue por convenir a la educación de mis hijos, no por gusto mío.
En esa plaza del Platero Oquendo de tu fotografía, donde está situado el palacio del Conde Alpuente, instalé la sede de los "Programas Americanos en Segovia" en colaboración con una Universidad de Ohio, en la que estuve contratado durante seis años. ¡Qué te voy a contar! Comenzaría y no acabaría...
La judería está más arriba, subiendo por Juan Bravo; entre esta calle y las de Santa Ana y San Frutos, a lo largo de las calles del Sol y de la Judería Vieja.
La huertecita que compramos aquí, en el pago de El Rincón, tiene por nombre "San Frutos del Rincón", evocación del patrono de Segovia y de su hermosa catedral.
Disculpa la expansión de añoranza.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

No hay nada que disculpar, amigo Octavio. Al contrario, me alegra que el artículo te traiga buenos recuerdos.
A nosotros nos quedó las ganas de volver a Segovia. Solo estuvimos una tarde, desde medio día hasta la salida a Ávila, después de degustar un buen plato de cochinillo. Y vimos poca cosa, a toda prisa. Esas callas que nombras las recorrimos "volando" para intentar ver la catedral y el alcázar, al menos sus fachadas. Hicimos muchas fotografías. Espero volver y pasar un buen rato más, visitando monumentos y degustando su magnífica gastronomía castellana.