A un ayuntamiento se le conoce como la casa consistorial. Es la casa de todos, donde no solo se reúnen los que dirigen la administración municipal, sino que mucha gente pasa al cabo del día a hacer alguna gestión: pagar el agua potable, contratar su suministro, obtener un certificado de empadronamiento, presentar un pliego de descargo por una denuncia de tráfico, quejarse por los contenedores de basura, pedir cita al alcalde para encontrar trabajo...De todo, no solo de los servicios que se prestan por la administración local, sirve para pasar por las dependencias municipales, y, por tanto, es muy variada la tipología de ciudadanos que pisan sus despachos y pasillos.
Pero hay días en que los visitantes son especiales. Eso pasó esta semana. Un gato, perdido seguramente en los vericuetos de la burocracia y el procedimiento administrativo, terminó subido a uno de los pinos que hay en los jardines de la fachada del ayuntamiento donde presto mis servicios. En lo más alto del pino se paralizó y allí quedó asustado, sin atreverse a bajar. Lo oí al llegar, pero no sabía de donde venían los maullidos. Más tarde me enteré de la operación rescate. Vinieron los bomberos, instalaron el camión con la escalera, y rescataron al minino, émulo de primate. Todo terminó bien. Aunque no sé si luego entró en el ayuntamiento a presentar un pliego de descargo, por si la policía local le había denunciado por "aparcar" delante de la puerta del cuartelillo, causando un trastorno grave del tráfico rodado....Ya nos enteraremos.
5 comentarios:
La clásica historia del gato subido a un árbol que no se atreve a bajar y lo rescatan los bomberos. Reconforta que algunas cosas tan entrañables sigan igual.
¿Tendrá el cuerpo de bomberos una brigada especial de rescate de mininos?
Besos
Si es que el mito de salvar al gatito Rayan! jajajaja Esto no es muy americano???
Saludos!
Pués no creo. Esto, como dices, Euphorbia, es un clásico. Yo he vivido varios casos en los años que llevo en el ayuntamiento. La novedad es que se haya producido "a las puertas del ayuntamiento". Y decía que no creo, ya que en los anteriores (en este caso no sé) los bomberos se han resistido o negado a actuar pues ellos se consideraban necesarios para otras cosas más importantes (los incendios, salvar vidas humanas...). Nuestros bomberos (de un consorcio con otros aytos y la diputación) ya ha hecho alguna huelga (la última no hace mucho) reivindicando "mejoras", entre otras que no se les use para nimiedades...como ésta, supongo. Pasa lo que dice el primer alcalde con quien compartí mandato, que bomberos y policías, como tienen mucho tiempo libre, lo usan para pensar cómo exigir a los demás mejoras que los otros no tienen, y se olvidan de su funcionalidad, que, muchas veces, son nimiedades como las de los gatitos. Esta vez terminó bien la cosa, pero seguro que alguno lo recuerda cuando haya que hacer los presupuestos.
Ya ves que no es un mito, Hiperión. Siempre hay algún alma caritativa que, al enterarse de los maullidos, llama al ayuntamiento "porque le da mucha pena el pobre gato". Lo que no me explico es las ganas de algunos felinos por subirse a los más altos árboles...jejeje.
Saludos a todos/as
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