Algunas veces esas campañas que se realizan con motivos del "Día Mundial de...", o el "Día Internacional" o "Nacional sobre..." nos pueden resultar pesadas, y llegamos a pasar de puntillas por su lado sin hacer caso de tanto repetirse. Hoy es el Día Internacional contra el Tabaco. Puede ocurrir algo similar. Yo no voy a dejar pasar la ocasión, aunque pueda resultar pesado, para ofreceros la posibilidad de dejar de fumar (a quienes sois fumadores) o para advertiros de las pésimas consecuencias del hábito de consumir tabaco.
Hace unos quince años que dejé de fumar (de ser fumador activo, se entiende), después de haberlo intentado dos veces antes. Y me alegro de haberlo hecho. Como he dicho más de una vez, el tabaco, su aroma, su sabor... me gusta, pero soy consciente de las nefastas consecuencias que tiene a corto, medio y largo plazo, por eso no quiero fumar. Hace años fumar no estaba mal visto, incluso se consideraba un hábito prestigioso, que daba caché, muy "in", "chachi piruli", lo más de lo más en las relaciones sociales. Por suerte, y por la acción de los responsables de la salud, esa buena imagen del tabaco se ha terminado. Los fumadores, incluso, se sienten como una minoría marginal. Ojalá eso sirviera para que dejasen su dependencia. Sé que, para algunos, como el de la foto de cabecera, con lo que estamos viviendo en
estos días, con la prima de riesgo, la crisis de Bankia, los desplantes de Europa y los mercados, etc, y lo que nos están haciendo sufrir con sus medidas, puede que
les sea difícil dejarlo, pero deberían, y así no atosigarnos con sus malos humos.
También hace años el consumo de otras sustancias estaba bien visto. Incluso se publicitaba, como se hacía antes con el tabaco, como algo beneficioso para la salud. Es el caso de la cocaína, un derivado de la planta de la coca, como vemos en el cartel publicitario, donde no tienen reparos en usar la imagen de niños, para recalcar la supuesta conveniencia de su uso. Hoy sabemos que esta sustancia causa estragos en la salud de sus consumidores, y, además, su fabricación y distribución es ilegal. No quiero decir que haya que hacer lo mismo con el tabaco, no soy partidario de la criminalización de algunas conductas que perjudican a quienes las practican. Es más, lo que ha hecho esta tipificación delictiva es que los delincuentes profesionales se aprovechen de su negocio. Lo que digo es que el cambio de la opinión, de positiva a negativa, sobre el tabaco, si se fomenta, redundará en más deserciones entre los fumadores y en el menor número de nuevos fumadores. Eso sí que será muy positivo. Para todos y todas. Y no está de más hoy recordarlo. Aunque me llamen pesado. ¿Tabaco? no, gracias.