Retomamos
los paseos por nuestros recuerdos de otros tiempos relacionados con
la diversión, el ocio y las relaciones sociales, o sea, con los
bares de Palma del Río. Y no podía faltar uno de los profesionales
de la hostelería que conocí en mi infancia: Rafael
Nieto Rodríguez,
al que mi padre llamaba Rafalillo
Nieto.
Rafael vivía con su mujer, Carmen
Cumplido,
en la calle
Feria,
en la planta alta de un edificio donde se situaba, en su planta baja,
el comercio de textiles El barato, la zapatería de Pepe
Nieto y
la accesoria que, al abrir sus puertas, nos sumergía en un mundo de
ilusiones, por los juguetes que se vendían allí, además de
las revistas y tebeos, y las chucherías, y que regentaba Pineda.
En el centro Rafael y Carmen, junto a Virginia y camareros empleados |
Pepe
Nieto era uno de los hijos de Rafael y Carmen, padre de nuestro
amigo Rafa
Nieto,
que demasiado pronto abandonó una vida con un futuro espléndido de
historiador por delante, por una repentina enfermedad. También
Rafael y Carmen tuvieron otros hijos, como Curro,
que fue director de la oficina local de CajaSur, el canónigo
archivero de la Catedral de Córdoba e hijo
predilecto de Palma del Río, Manuel (y
también compañero de estudios de mi hermano Pepe en el Colegio de
la Inmaculada, el colegio
de las Monjas),
y Trini,
la madre de mi amigo Federico,
el catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la
Universidad de Córdoba, que ostenta la medalla
de la ciudad desde 2018.
Trini Nieto Cumplido |
Trini
estaba casada con Vicente
Navarro,
“maestro de la villa” del Ayuntamiento palmeño. Tuvieron cuatro
hijos, Carmen (que
viven en Cádiz y está casada con Javier, con quien conviví algún
tiempo cuando era estudiante en Córdoba, y tenía las fotos que hoy
publico en esta entrada, y me pasó Federico), Vicente (“Ferre”,
que tuvo un comercio de aparatos eléctricos en la accesoria cuando
cerró Pineda y otra familia que mantuvo el
puesto), Rafael (“Rafalito”,
que se fue a Sevilla y tuvo un hijo futbolista en el Betis, Rafael
Navarro Mazuecos,
ahora en el Deportivo Alavés) y Federico.
Por desgracia, Trini murió a temprana edad y de Federico se hicieron
cargo sus abuelos maternos. La recuerdo como una mujer simpática y
cariñosa. Y creo que la última vez que la vi fue cuando asistió a
la consulta de mi hermano mayor, en la casa de la calle José de
Mora. Una pena.
Federico el día de Andalucía de 2018, medalla de la ciudad |
Siempre
he tenido relación con esta familia, pues vivíamos cerca, y estuve
en la escuela
de Antonio García Chaves con
Federico y sus hermanos varones. A Carmen, la mujer de Rafael, la
recuerdo como el típico
ejemplo de “la abuela”.
Siempre era amable con nosotros y nos trataba como de la familia,
cuando íbamos a su casa. A Rafalillo (perdonadme la licencia) lo
recuerdo con su sempiterno cigarrillo, asomado a la puerta de su
casa, y, como no, tras la barra del Cine
San Miguel.
Publicidad de la revista Guadalgenil |
Rafael
tuvo un bar, el bar
Mezquita,
en la calle
Portá (la
calle Queipo de Llano, entonces) y un aguaúcho
o quiosco en el Paseo,
donde alguna vez nos llevó mi padre a tomar algún aperitivo, pues
era asiduo del establecimiento. Recuerdo escuchar las
interpretaciones musicales de la Banda
municipal de música,
que dirigía el maestro Ángel Martínez de Chomón, desde la
terraza, algo que se perdió, desgraciadamente, hace mucho tiempo.
Otro establecimiento que contribuía a que los veranos y, como no,
las ferias de
Palma tuviesen su complemento hostelero conveniente.
Rafalillo, con unos clientes |
Pero,
como he recordado antes, también tuvo a su cargo el ambigú,
del cine
San Miguel, la
barra donde vendían las chucherías típicas, y muchos espectadores
esperaban el inicio de la sesión de cine tomando un refrigerio, o en
los descansos entre sesión y sesión, o si la película era de muy
largo metraje, como “Los
diez mandamientos” o “Lo
que el viento se llevó”,
lo que obligaba a hacer un intermedio, que aprovechaban muchos para
tomar algo.
Sala de proyección del cine San Miguel, con el hall al fondo, poco antes de ser demolido el edificio. (Foto de Carmelo Expósito) |
El
ambigú estaba situado a la derecha del hall o vestíbulo del cine,
previo a la sala de proyección, en una plataforma a la que se
accedía por unos escalones, junto a la escalera del “gallinero”
y de unas terrazas que comunicaban con el cinema
Jardín,
el cine de verano contiguo
al cine de invierno.
Elena con la familia Doblas |
El
cine San Miguel, ubicado en la calle
Alamillos,
otra añorada instalación palmeña, desapareció hace tiempo, para
dejar paso a un grupo de casas, tras llevar varios años cerrado, y
que solo se abrió en varias ocasiones para el concurso
de murgas de
los Carnavales.
Sus dependencias también sirvieron para servir numerosos banquetes
de bodas. Mi
hermano Pepe,
cuando se casó con Elena,
siendo yo niño, también celebró su banquete de bodas en este Cine.
En las fotos que publico se ve a unos familiares de Málaga, los
Doblas, en esas terrazas a las que me refería anteriormente.
Pepe con los Doblas |
No
recuerdo cuándo se jubiló Rafael Nieto, supongo que cuando cerró
el cine. Lo que sí recuerdo es que falleció antes que Carmen, y
esta, para no quedar sola en su casa, se fue a Córdoba con su hijo
Manolo, el sacerdote, falleciendo ya muy mayor. Su funeral fue todo
un acontecimiento en Palma.
Rafael, a la izquierda, de nuevo con la clientela del bar |
Una
vez más recordamos esos lugares donde nuestros paisanos echaban sus
buenos ratos de ocio, y a un gran profesional que
los atendió, que, aunque nos quede lejos su recuerdo, también
merece su sitio en esta historia entrañable de los palmeños que nos
alegraron la vida con su esfuerzo.