domingo, 1 de mayo de 2011

La Cantarería de Onieva


Este paseo que estamos dando en los paisajes de Palma, de mediados del siglo pasado en adelante, por donde transcurrió mi niñez, nos llevó en el último capítulo por la muy larga calle Río Seco. Algunos comentarios me han hecho de este viaje imaginario en estos días, en el blog, pero, sobre todo, en persona o por correo electrónico. 

Sigo buscando imágenes que ilustren estos capítulos de mi memoria, compartida por muchos, y que completen incluso lo ya evocado. La  mayoría de las imágenes que he incluido en días pasados forma parte de la colección de fotografías que posee la Diputación Provincial de Córdoba relativas a nuestra ciudad, a las que he podido acceder, como ya las tiene el archivo municipal. Hoy he tenido una gran alegría al conseguir algunas copias de fotografías más, que me ofrecieron en días pasados, a cuento de lo relatado sobre la calle Río Seco. Son sobre la cantarería de Onieva, que nombraba hace una semana, y me las ha facilitado Francisco Godoy, el mismo que me proporcionó imágenes del Bar El latero, al ser su tío. Estas imágenes las tiene por estar casado con Belén, hija de uno de los Onieva, que llegó a trabajar en la tienda de la que hablaba en el post anterior. Son imágenes más antiguas que este humilde cronista de recuerdos, pero reflejan a la perfección lo que fue aquella entrañable empresa artesana. 

Los Onieva son varias familias, algunos de los cuales emparentaron con familiares de la primera mujer de mi padre, dando lugar a los López Onieva, conocidos y amigos míos. Como decía en el post anterior, la empresa y la casa estaban en calle Río Seco, pero también se comunicaban con la calle Boquete de Anghera, de la que os hablé antes. En esta casa vivió Manolito Onieva (como se le llamaba en casa), cuya familia tuvo algunos pacientes de mi padre, como practicante, en los años difíciles de la sanidad local, y que luego continuaron siendo atendidos por mi hermano mayor Pepe, el médico.

La primera fotografía, de 1942, que da inicio al post, creo que es de este hombre que he citado anteriormente (Me aclara Francisco que su nombre es José, su suegro, padre de Belén. Quien yo creía, aunque con nombre equivocado). Está, como vemos, trabajando en el torno, haciendo uno de los famosos cántaros. Le acompañan unos jóvenes que le ayudan en su tarea, deduzco por sus manchas. El torno es tradicional, accionado con el pie. Tiene sobre él unas pellas de arcilla, preparadas para ser moldeadas. A la derecha se almacenan los cántaros recién torneados, esperando pasar al horno.


En la siguiente fotografía, aunque de mala calidad, por el paso del tiempo, podemos apreciar el exterior de la cantarería. Al fondo a la izquierda, sobresale la torre de la Parroquia de la Asunción, luego, si vamos hacia la derecha, vemos el fin de la calle José de Mora, con el rótulo del nombre arriba del muro de la última casa. Luego donde estaba la carpintería de López, por ejemplo, con un gran portalón. Tras una casa baja, la Cantarería, con dos plantas. En el bajo, unas personas sostienen cántaros, salvo una que está cogiendo un recipiente que le echa uno de los de la planta superior por la ventana. Obsérvese la suerte del fotógrafo, que pudo captar el cántaro "volando" hacia quien tenía que recogerlo. 


En la imagen que nos precede, vemos parte del proceso de elaboración de los objetos de cerámica. En este caso un paso previo, la obtención de la materia prima. La cerámica se fabrica con arcilla que, mezclada con agua, forma una pasta flexible, moldeable, que permite dar forma a diversos útiles. Una vez que pierde el agua, generalmente por el secado en un horno, se vuelve dura y resistente. Aquí vemos como se obtiene la arcilla, en un lugar conocido en Palma como el "Cerro de la Grea", es decir, el cerro de la greda, que es un tipo de arcilla que se encuentra en ese montículo. Al fondo se ve un canal de riego, que vemos cuando vamos por la carretera de La Campana. La greda se colocaba en capazos de esparto o caucho y la transportaban en el camión que vemos hasta la alfarería.


En esta otra imagen vemos algo fundamental. Están descargando el combustible del horno: las ramas o paja que alimentaban el fuego. Mi hermano mayor me cuenta que vio muchas veces hacer esta operación, cuando un hombre alto (cree que conocido por Aruja) las metía en el horno con una horquilla larga. Le gustaba verlo, pues también tenía su emoción la cosa, al tener muchas veces el operario que esquivar las lenguas de fuego que salían de la boca del horno, como rebufo, buscando oxígeno. Como ya os decía en la entrada anterior, ese combustible quemado (las pavesas) se mezclaba con el humo, que, si los vientos no eran favorables, terminaban cayendo en las casas del vecindario, como la nuestra, arruinando más de una colada tendida para secar.


Y esta otra fotografía, nos da una idea clara del interior de la alfarería. En ella se ve el edificio de dos plantas, con ventanas cubiertas por esteras de palma o esparto, a modo de persianas, algo muy típico de nuestro pueblo entonces. Vemos también los cántaros almacenados, y las ramas o paja para encender el horno. Hay muchas tejas secándose al sol en una especie de colgadizo, que sirve para proteger otros productos. Por encima de los tejados vemos sobresalir edificios que nos orientan sobre su situación. A la izquierda vemos la torre de proyección del cine Salón Jerez, tras ella, la espadaña del Convento de Santo Domingo, o escuela de La Inmaculada. Hacia la derecha aparece la espadaña y el tejado de la Ermita de la Coronada. Y luego, más al fondo, casi borrosa, la torre de la iglesia del Hospital de San Sebastián.

La tienda estaba en la acera de en frente. Yo iba de pequeño con mi madre a comprar botijos, o macetas para las muchas plantas con las que adornaba la casa. Terminó vendiendo también objetos de la conocida ciudad alfarera cordobesa de La Rambla y de otras procedencias, y de peor calidad, cuando el taller decayó y las modas empujaron a la gente a comprar otros útiles de materiales más baratos y resistentes, como el plástico. Cerró hace años. Una lástima.

Sirva este pequeño reportaje de homenaje a esta industria artesanal palmeña con mucho sabor y fama. Y hoy, 1 de Mayo, día de  los trabajadores, estas imágenes sirvan también de homenaje a los obreros que trabajaron allí, sosteniendo una modesta, pero importante, empresa de nuestra localidad. Muchos, fallecidos, como Juan Manzano (que aparece en la primera imagen de niño, a la derecha), cuya familia vivió al final de la calle José de Mora  Alguno incluso vivo, como Antonio Ascanio, tornero, que ha ayudado en el taller de cerámica de mi amigo Pepe Lora: Barro de Palma, nombre en honor a la materia prima con la que se fabrica aun una gran cantidad de productos cerámicos.

8 comentarios:

Octavio Junco dijo...

He estado ausente de tu blog durante un par de semanas, tras las cuales vuelvo a felicitarte y agradecerte la publicación de tantas fotos e informaciones de interés para los palmeños.
Saludos muy cordiales.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Bienvenido de nuevo, amigo Octavio. Y gracias por tus felicitaciones. Espero seguir aportando mi modesto granito de arena a la memoria palmeña.

Saludos cordiales.

Rafael Palomrero dijo...

Me ha emocionado encontrar por Internet fotos de la cantarería, donde aparece, entre otros trabajadores, mi padre, Antonio Palomero Cabrera (a) “Mateo”. Al igual que mi abuelo, mis tres tíos paternos y otros familiares, trabajó en la cantarería durante más de treinta años. Mi padre, concretamente, hacía casi siempre de ayudante de camión y, al igual que mi abuelos y algunos tíos, se encargaron muchos años de la extracción de la “grea” en la cantera. En verano, cuando estaba de vacaciones en Palma, ayudaba a mi padre en la cantera, al igual que mi hermano y hermanas, bajo un sol abrasador. Son recuerdos entrañables, que, afortunadamente, veo que otras personas comparten y difunden. Esta Semana Santa visité el taller artesano de Pepe Lora y pude comprobar su esfuerzo por continuar la herencia de la cantarería. Gracias a todos los que permitís que se conserve la memoria histórica de Palma.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Bienvenido, Rafael Palomero. Me alegra que hayas encontrado mi blog, con estas fotos, que te han emocionado. Es también una gran satisfacción encontrar a personas que están relacionadas con la Cantarería, así como que se dé a conocer a quienes trabajaron también allí.

Seguiremos buceando por la memoria de nuestro pueblo, mientras podamos, para que no se olvide a quienes lo hicieron vivir y más grande.

Un saludo.

pepa dijo...

me encanta la información que has puesto sobre el taller Onieva, soy estudiante de cerámica artistica y tengo que hacer un trabajo sobre la cerámica palmeña y de tu blog he recogido parte de información sobre mi trabajo gracias.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Muchas gracias, Pepa. Me alegro de que te haya gustado la entrada y de que te sea útil. Esta cantarería es una parte de la historia económica y artesanal reciente de Palma. Está bien que se hagan estudios de su trabajo y su legado. Hay un taller de cerámica y artesanía en Palma muy importante que debes conocer también para tu estudio: Barro de Palma. Esta es su web: http://www.barrodepalma.com/

Esperanza Onieva dijo...

Hola SCHEVI: A traves de un 'sueño' he llegado a tu blog,( sí, y no es fantasía, te puedo explicar algún día...), ante todo disculpas por mi inexperiencia en este medio; soy Esperanza Onieva la hija mayor de José, y ni te imaginas el impacto que ha producido encontrar tu excelente trabajo y al 'pinchar' en el blog


encontrar la fotografía de mi padre, pues no tenía conocimiento de que anduviera por aquí. Vivo fuera de nuestro pueblo desde hace más de treinta años e igual que tú ( me permito el tuteo), recuerdo con cariño y noltalgia los años en que , a pesar de lo dificiles que fueron, no permito olvidarme de ellos. Me gustaría ponerme en contacto contigo , ay! pero no sé cómo, si me lees segura que sabrás hacerlo tú. Disculpas también por atreverme a dirigirme a ti en tono coloquial y afectivo, pues así me sale del alma . Mi correo es ( no vale reirse, jeje) , ya sé que es una cursilada pero... :lavida_esbella50@hotmail.es . Y atmbién me puedes encontrar en facebook: Esperanza Onieva Espejo. Un cordial y cariñoso saludo: Esperanza.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Muchas gracias Esperanza, me alegra de que te haya gustado. Las fotografías me las pasó Pin, tu cuñado. Y me pareció muy interesante recuperar la memoria de esa industria tan importante y cercana en la niñez. Te he enviado una solicitud de amistad en el Facebook, con mi dirección de correo para seguir en contacto. Espero que sea así.

Saludos.