domingo, 1 de septiembre de 2013

El butano, por las nubes


No es que hayan vuelto a subir el precio del gas, ese que más se consume en los hogares españoles. Es lo que nos parecen decir estas imágenes. Son de una población del norte peninsular, en unos pisos cercanos a la playa. Unos pisos de dimensiones pequeñas, como de promoción pública, y que, por el nombre que todavía guardan en sus calles, representativos de batallas de la Guerra Civil, similares a los que hubo en las calles cercanas a Duque y Flores en Palma, fueron hechos por la antigua Delegación Nacional de Sindicatos del régimen de Franco, como pudimos comprobar después por la placa que aún conservan. Son pisos humildes, pero remozados y seguro que muy usados por su proximidad a una playa de renombre, a fin de ser hospedaje para la temporada de verano.


Lo que nos llamó la atención es el "enramado" de tuberías para el gas ciudad, instalado en las fachadas. Como otro tipo de servicios que no tienen cabida en el interior de un espacio pequeño, pero totalmente saturado por su uso. Y a su lado las bombonas del gas, que, en lugar de ocupar espacio en las cocinas, como en casi todas las viviendas, están en el exterior, colgadas de las fachadas con unos soportes metálicos. Se veía que quienes no disfrutaban del gas suministrado en tuberías no querían tampoco prescindir del necesario espacio dentro de sus residencias. Así que cuelgan las típicas bombonas naranja en las paredes del edificio. Algún soporte aparecía vacío, ya que el tubo del gas ciudad ya aparecía instalado. Era llamativo y, a la vez, inquietante. Y lo más inquietante, el que estuviesen instaladas en los pisos superiores. 


¿Serían seguros esos soportes? ¿Habrán tenido algún accidente provocado por el desprendimiento y caída de una bombona? Imaginando su peso y precipitándose desde la altura de varios pisos, da pavor. Nosotros, por si acaso, nos mantuvimos alejados de las fachadas, sentados en un banco. Además, éste estaba a la sombra en el momento de hacer las fotos, así que, era más seguro y placentero disfrutar de la brisa sin la amenaza de que cayera un misil anaranjado encima de nuestras cabezas. 

2 comentarios:

Jesús Herrera Peña dijo...

Schevi, al omitir el nombre de la ciudad veraniega, nos obligas a hacer un juego muy peligroso: intentar descubrir de qué ciudad se trata entre todas las ciudades veraniegas de España.
Parece ser que es Laredo (Cantabria) pero la calle Alfonso Ruiz Martínez no viene en el Google Maps, hay que buscarla por Alcázar de Toledo (¡hay que joderse!).

Lo de la despensa de las bombonas de butano es pintoresco y da para hablar largo y tendido. Y al hilo de esto, a ti que has estado en el mundillo del municipalismo, te quiero confesar mi preocupación.
La vía pública, la propiedad pública, no tiene quien la defienda y por eso se cometen muchos abusos de utilización del espacio público.
Lo de las bombonas colgadas a tal altura es lo más leve pues de forma demasiado generalizada la gente saca al espacio público cosas que molestan más al ciudadano como toldos, viseras de puertas, balconadas, salientes (un tercio de salón o de terraza, en voladizo sobre la calle), aparatos de aire acondicionado y un larguísimo etcétera que los responsables municipales, en general, no saben, no quieren o no pueden defender la propiedad pública de esos abusos.
En mi pueblo ese fenómeno es la 'reostia' pues además de sacar fuera de propiedad privada, los enrejados de ventanas, los buzones de correos y otros salientes, es frecuente encontrar escalones de acceso a vivienda construidos sobre la acera; puertas de patios y de garajes que abren para afuera invadiendo la acera...
...y ya no sigo porque voy a incumplir esa ley no escrita que dicta la prudencia y el comedimiento: «los comentarios que escribas a un artículo, procura que sean más cortos que el propio artículo»

Un afectuoso saludo,

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Has acertado, es Laredo.