13ª Entrega
El jugador retrasado era, ni más ni menos, que Klaus, el tabernero-mago-sacerdote del tornillo. Tuvo suerte esta vez Windha, pero duraría poco su fortuna: mientras seguía al muelle, su muelle (el de ella, no el de ellos y, ni mucho menos, el de usted), en su vuelo autopropulsado, topóse con el gato paralelepipédico rectangular, vestido de tanguista y apoyado en una farola injertada en una bóveda renacentista. Detúvola el gato: “¿Tienes fuego, muñeca?”. Windha se sonrojó como una colegiala al ver que un gato tan apuesto, tan sexy, se había dirigido a ella, ella tan vulgar y…¡no estaba maquillada!. Rápidamente se arregló la incandescente melena con aire seductor y respondió afirmativamente… Había mordido el anzuelo.
viernes, 28 de diciembre de 2007
WINDHA (UNA HIPERHISTORIA)
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