9ª Entrega
Y es que nada más traspasar el umbral, se encontró inmersa y sin solución en la habitual partida de póquer del casino. Allí estaban, como siempre, Apolonio de Srimegista, Burt (el comediante), Rinquít (rey de Contraaquía), dos enanos equiláteros y…¿quién sería aquel sujeto eremítico, anacoreta, que se había sentado dejando una silla vacía a ambos lados?. La llave inglesa, o sea, la dama del mismo gremio que Windha y que tenía a su cargo el Círculo, sirvió, con la flema característica de los habitantes de su nórdico país, una jarra al misterioso, diciéndole: “Lo se siempre, mister…” ¿Cómo?. ¿He oído bien?. Ha dicho mister…¡¡¡Field!!!. ¿Mr. Field?...¿quién será?.
Y es que nada más traspasar el umbral, se encontró inmersa y sin solución en la habitual partida de póquer del casino. Allí estaban, como siempre, Apolonio de Srimegista, Burt (el comediante), Rinquít (rey de Contraaquía), dos enanos equiláteros y…¿quién sería aquel sujeto eremítico, anacoreta, que se había sentado dejando una silla vacía a ambos lados?. La llave inglesa, o sea, la dama del mismo gremio que Windha y que tenía a su cargo el Círculo, sirvió, con la flema característica de los habitantes de su nórdico país, una jarra al misterioso, diciéndole: “Lo se siempre, mister…” ¿Cómo?. ¿He oído bien?. Ha dicho mister…¡¡¡Field!!!. ¿Mr. Field?...¿quién será?.
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