7ª Entrega
Klaus continuó: “Quizás si le proporcionamos una tuerca, quede disimulado su defecto. Windha, tú podrías ofrecerte como una de ellas”. Windha se negó enojada: “¡Jamás!. Si yo fuese su tuerca, tendría él derecho a enroscarse conmigo y yo quiero guardar mi virginidad para mi héroe, el hombre de mi vida, es decir, el muelle de mi vida. No permitiré que se me entregue a un ser que no quiero y que, además, es deforme, aunque mi actitud parezca propia de la protagonista de una telenovela de las malas, de esas de un canal por satélite.” Los asistentes quedaron boquiabiertos y vieron como Windha, la camarera del cabaret-ópera-casino, se alejaba por los aires como una diosa mientras les consolaba diciendo: “No os preocupéis, pronto volveré con la solución increíble para vuestro problema”.
Klaus continuó: “Quizás si le proporcionamos una tuerca, quede disimulado su defecto. Windha, tú podrías ofrecerte como una de ellas”. Windha se negó enojada: “¡Jamás!. Si yo fuese su tuerca, tendría él derecho a enroscarse conmigo y yo quiero guardar mi virginidad para mi héroe, el hombre de mi vida, es decir, el muelle de mi vida. No permitiré que se me entregue a un ser que no quiero y que, además, es deforme, aunque mi actitud parezca propia de la protagonista de una telenovela de las malas, de esas de un canal por satélite.” Los asistentes quedaron boquiabiertos y vieron como Windha, la camarera del cabaret-ópera-casino, se alejaba por los aires como una diosa mientras les consolaba diciendo: “No os preocupéis, pronto volveré con la solución increíble para vuestro problema”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario