10ª Entrega
Mr. Field, el tahúr, la fiera maligna, el ente potásico que había conseguido amaestrar a las helicoidales de Mezzo, esperaba ganar la partida e invitó a Windha a que ocupara el asiento de su derecha. Ella no pudo rechazar el ofrecimiento, aunque se sentó algo intrigada por el otro asiento vacío. Éste era para alguien muy importante. No obstante, la partida comenzó. Que se incorpore más tarde ese despistado, murmuró uno de los enanos. Y así debería ser, puesto que los dos notarios de Baviera habían comenzado ya a rellenar folios y más folios timbrados, a razón de cinco folios por segundo, para levantar acta de la partida. Así ésta sería perfectamente legal.
Mr. Field, el tahúr, la fiera maligna, el ente potásico que había conseguido amaestrar a las helicoidales de Mezzo, esperaba ganar la partida e invitó a Windha a que ocupara el asiento de su derecha. Ella no pudo rechazar el ofrecimiento, aunque se sentó algo intrigada por el otro asiento vacío. Éste era para alguien muy importante. No obstante, la partida comenzó. Que se incorpore más tarde ese despistado, murmuró uno de los enanos. Y así debería ser, puesto que los dos notarios de Baviera habían comenzado ya a rellenar folios y más folios timbrados, a razón de cinco folios por segundo, para levantar acta de la partida. Así ésta sería perfectamente legal.
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