Se suele decir cuando bajan mucho las temperaturas: "Aquí hace más frío que en Burgos". Y Burgos, Don Antonio, nos ha dejado helados con la columna sobre las modistillas de ZP, en ABC.
Helados y cabreados. Si no le gusta el nuevo gobierno de Zapatero, que lo argumente, que lo razone, que seguro que no le faltarán motivos y palabras para hacerlo. Es ya antiguo el gusto de la derecha por insultar a quien no está de acuerdo con ellos, de forma adusta, cuartelaria, y algunas veces usando cierto sentido del humor (¿?) de trazos gruesos, exagerando la grosería, la mala uva y ordinariamente. Sobre todo cuando faltan argumentos para oponer al adversario.
Cuando era joven, la reacción de mis mayores con mi postura izquierdista era por lo general airada, indignada, ruidosa, y me abroncaban con unos “qué sabrá de política un niñato como tú”, “la guerra tenías que haber pasado para ser de verdad un hombre”, etc. Eso me recuerda lo que decían de Jacinto Benavente, cuando se encontró pasando por una acera estrecha con otro señor que venía de frente y que le dijo:"yo no cedo el paso a ningún maricón". El escritor contestó, sin inmutarse, mientras se bajaba y cedía el paso:"yo sí". Esta forma de reaccionar, además de ingeniosa, seguro que dejó también helado al insultador con modales cuartelarios y ordinarios. Yo intentaba también reaccionar así, en aquellos tiempos de difícil transición.
Creo que eso es lo que debemos hacer con Antonio Burgos, reaccionar con ingenio, ante los insultos ordinarios de su columna de opinión en ABC, redactada sin argumentos y sí con mala leche.
Cuando era joven, la reacción de mis mayores con mi postura izquierdista era por lo general airada, indignada, ruidosa, y me abroncaban con unos “qué sabrá de política un niñato como tú”, “la guerra tenías que haber pasado para ser de verdad un hombre”, etc. Eso me recuerda lo que decían de Jacinto Benavente, cuando se encontró pasando por una acera estrecha con otro señor que venía de frente y que le dijo:"yo no cedo el paso a ningún maricón". El escritor contestó, sin inmutarse, mientras se bajaba y cedía el paso:"yo sí". Esta forma de reaccionar, además de ingeniosa, seguro que dejó también helado al insultador con modales cuartelarios y ordinarios. Yo intentaba también reaccionar así, en aquellos tiempos de difícil transición.
Creo que eso es lo que debemos hacer con Antonio Burgos, reaccionar con ingenio, ante los insultos ordinarios de su columna de opinión en ABC, redactada sin argumentos y sí con mala leche.
1 comentario:
"El escritor contestó, sin inmutarse, mientras se bajaba y cedía el paso:"yo sí". Esta forma de reaccionar, además de ingeniosa, seguro que dejó también helado al insultador"...
No te creas, seguro que su pequeño cerebrin le impido comprender semejante "tiro" literario
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