El título viene a cuento de uno de los comentarios, visto en Diario Córdoba, en la noticia sobre Julio Anguita donde afirma que el proyecto de IU ha muerto. El comentario pide “más cultura popular de barrio auténtica”. Y la noticia se refiere al documento que ha presentado el antiguo alcalde de Córdoba al Comité Federal del PCE para la refundación de IU, motivada por la "falta de una línea clara ante la gente" y la existencia de un "programa muerto". Anguita ha explicado que estas situaciones han sido el origen de los resultados de las últimas elecciones generales, en las que IU ha logrado dos diputados, si bien también lo achaca a un acercamiento de la coalición "a los nacionalismos extremos en Cataluña y País Vasco" y no al "bipartidismo de PSOE y PP". (Córdoba información).
A mí eso de la cultura de barrio me recuerda el periodo de mandato de este señor como alcalde de Córdoba. Su gestión se distinguía, a mi juicio, en dos cosas: el control de las asociaciones de vecinos, mediante subvenciones municipales, para que a su vez hiciesen de “comisarios políticos” en los respectivos barrios, y la colocación de una pegatina en cada papelera callejera que decía “Propiedad del pueblo de Córdoba”. En lo demás era equiparable a cualquier gestión socialdemócrata clásica en los ayuntamientos de entonces.
Luego se inventó lo de Convocatoria por Andalucía, que copió Gerardo Iglesias, para crear Izquierda Unida, a la que lideró después de cesar aquel. Fue el tiempo del “sorpasso”, del intento de acabar con el PSOE, de la mano de su amigo José María Aznar, y de la “pinza” en Andalucía con Javier Arenas. Un verdadero intento de implantar el bipartidismo de la “verdadera izquierda” con el PP. Afortunadamente, fracaso tras fracaso. Ahora, tras su retirada por motivos de salud, vuelve queriendo refundar “de cero”, criticando personalismos internos, pero refrendando el personalismo de mantener una fuerza de izquierda artificialmente, basándose en la “organización republicana”, todo con tal de no dejar al PSOE como único referente progresista, como en los tiempos gloriosos de su mandato, donde su partido gobernaba desde el bar y el cine de barrio. Y huele a eso a cine de barrio, pero al añejo, vetusto y desfasado cine que nos ponen en televisión en ese programa del mismo nombre, como desfasado ha dejado la ciudadanía a su proyecto, en la pasada cita electoral. Si este proyecto ha muerto…descanse en paz.
Luego se inventó lo de Convocatoria por Andalucía, que copió Gerardo Iglesias, para crear Izquierda Unida, a la que lideró después de cesar aquel. Fue el tiempo del “sorpasso”, del intento de acabar con el PSOE, de la mano de su amigo José María Aznar, y de la “pinza” en Andalucía con Javier Arenas. Un verdadero intento de implantar el bipartidismo de la “verdadera izquierda” con el PP. Afortunadamente, fracaso tras fracaso. Ahora, tras su retirada por motivos de salud, vuelve queriendo refundar “de cero”, criticando personalismos internos, pero refrendando el personalismo de mantener una fuerza de izquierda artificialmente, basándose en la “organización republicana”, todo con tal de no dejar al PSOE como único referente progresista, como en los tiempos gloriosos de su mandato, donde su partido gobernaba desde el bar y el cine de barrio. Y huele a eso a cine de barrio, pero al añejo, vetusto y desfasado cine que nos ponen en televisión en ese programa del mismo nombre, como desfasado ha dejado la ciudadanía a su proyecto, en la pasada cita electoral. Si este proyecto ha muerto…descanse en paz.
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