lunes, 14 de marzo de 2011

Fotografía muy íntima

De pequeño me daba pavor que me fotografiasen. De niño, cuando ya tenía conciencia de que alguien estaba dispuesto a robarme la imagen para plasmarla en papel. Porque cuando no me daba cuenta, no me sentía molesto. Tengo un buen repertorio de imágenes en las que estoy demostrando mi aversión a la cámara, por medio de gestos que expresan mi enfado. Así que, cuando vi por primera vez una película del oeste o de aventuras en la selva, donde los indígenas se negaban a que les hiciesen fotos, porque la cámara les "robaba su espíritu", me sentí identificado con ellos, y muchas veces he usado ese truco argumental- humorístico para negarme a salir en los reportajes que querían hacer conmigo. 


Pero el tiempo pasa y llega uno a perder el miedo a que recojan tu retrato. El blog mismo es buena prueba de ello, pues en él uno hasta llega a "desnudarse" mostrando sus pensamientos, sentimientos, opiniones y otras expresiones. Es un retrato también de mi propia intimidad. Por eso os muestro una "fotografía" de mi yo más íntimo. La TAC que me hicieron por mis problemas de oído. 


Guapo no saldré, pero es la imagen más clara y fiel de "mis adentros". Y no es tan diferente a lo que tiene toda la Humanidad, por supuesto. Ya se sabe, "desnudos", tanto el rico como el pobre son siempre iguales, hasta desprovistos de la mismísima piel.

6 comentarios:

Mari Carmen Navarro Ruiz dijo...

Me gusta muchísimo ese flequillo tan milimétricamente igualado, se diría hecho con regla y compás, muy a la moda actual, por otra parte.

Alfonso Saborido dijo...

No puedes negar que eres tú jaja. Eso sí es verdad, en huesos somos todos iguales. Aunque para morirse, ahí sigue habiendo diferencias :)

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Gracias, CreatiBea. Siempre hacemos un ejercicio de "destape" o estriptís cuando escribimos y publicamos nuestras opiniones, sensaciones, sentimientos.

Un abrazo.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Mari Carmen, para que veas que en otros tiempos la moda del peinado "Cleopatra" también era cosa de niños. Mi tío Manolito, el peluquero de la calle Cigüela, me dejaba siempre así. Ahora no podría, claro.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Alfonso, no puedo negarlo. Como tampoco puedo negar lo que dices: después de muertos, todos iguales. Pero morir, se muere de formas bien diferentes, y hasta en eso hay clases, por desgracia.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Es que me quitaron el flequillo en la segunda imagen, porque estorbaba para verme el oído interno, digo yo, María. Es broma.

Bueno, mis problemas por ahora son intermitentes. Es el mal llamado "acúfenos", es decir, ruidos. Me ha pasado dos veces y es insoportable, pero me lograron la primera vez aplacar el problema, tras muchas pruebas. Si se me repite, tomo el tratamiento y en pocos días remite. Espero que no vuelva más y, si ocurre, que sigan fabricando las mismas píldoras.

Gracias.