sábado, 16 de julio de 2011

El senador Curbelo debería dimitir

"Os deseo que os muráis todos de cáncer". "Sois unos borrachos hijos de puta. Estáis pagados por los putos fachas del PP". "Soy senador y vosotros, más que policías sois unos terroristas". Estas frases aparecen en las diligencias policiales que recogen la detención del senador canario del PSOE y presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, por agredir a agentes del Cuerpo Nacional de Policía, según publican varios diarios.



"Usted no sabe con quién está hablando", era (o es) una frase que se repetía antes cuando los prebostes del régimen franquista u otros caciques anteriores exigían algo y, al no tener la respuesta deseada, amenazaban a la otra parte con ponerle en la picota, haciendo uso de sus poderes o influencias. En un estado democrático es algo absolutamente intolerable, es un abuso. Así, encontramos normas, que van contra toda corrupción o abuso,como las que prohíben a los concejales y alcaldes, para que no usen de su condición para obtener alguna ventaja desde el punto de vista profesional, mercantil o industrial (art: . 20 del Reglamento de organización, funcionamiento y régimen jurídico de las entidades locales de 1986)

No sabemos aún qué ha pasado en verdad en el caso del senador Casimiro Curbelo, solo conocemos el hecho por la versión de la policía, tras ser detenido, acusado de agredir a un policía cuando fue expulsado de una sauna. Y hay polémica en la red, unos a favor y otros en contra de la actitud del senador. 

Para mí está claro que hizo uso de su condición de parlamentario, fuese al ser detenido o fuese al acompañar a su hijo al poner una denuncia, como dice él. Es decir, que se identificó como tal en la comisaría. Lo cierto, también, es que solo se puede detener a un parlamentario (diputado o senador) en caso de flagrante delito. Algo tuvo que ocurrir de suma gravedad y evidencia, para ser detenido. Y esto, en el caso de un "padre de la patria", es una vergüenza. 

Ya hablarán los tribunales, cuando toque. Mas, este señor debería ser coherente con lo que  pide su partido, el mío, el PSOE. Si exigimos la dimisión de Francisco Camps, por el auto de apertura de juicio oral en el caso de los trajes, que lo relacionan con la red de corrupción de Correa, el senador debe dar ejemplo en un caso tan escandaloso como este. Y, por tanto, dejar el cargo de senador. Por ética. Si no queremos seguir desprestigiando a la política y los políticos, creo, es lo que deber hacer.

4 comentarios:

Jesús Herrera Peña dijo...

Dicen que los niños y los borrachos son muy sinceros.
Quizá en alguna cosa haya dicho verdades como puños.

(Perdona, perdona, Schevi; es que no soy neutral; estoy polarizado; afectado; influido; amargada, decepcionado, encabronado..., con los comportamientos de la policía española (así en genérico, que se salve quien pueda) en España. Con los comportamientos de la policía en democracia. ¿Qué democracia? (!)
Por eso en mi artículo sobre las prácticas policiales en España vengo a decir que no creo que actúen bajo las órdenes de ningún político de paisano mínimamente democrático, sensible y humanitario. Que opino que, en parangón con lo que le pasó al doctor Frankestein con su monstruo, los cuerpos policiales son un monstruo agresivo a una sociedad democrática, que ya nadie tiene cojones de destruir para reconvertir y meter dentro de una filosofía de actuación en democracia real). ¡Ya!

(Perdona Schevi. De todo esto no saques la conclusión de que defiendo el comportamiento del senador canario. Tampoco saques la conclusión de que me pongo en contra de tu artículo).

Saludos socialistas,

Alfonso Saborido dijo...

Yo no quiero gente así en la casa del pueblo. A veces tenemos una puntería con los militantes que se afilian y aúpamos a cargos con responsabilidades...

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Puedo entender tu desconfianza hacia los cuerpos policiales españole, Jesús, pero eso no implica que todo lo que hagan sea un abuso antidemocrático y casi (o sin casi) chulesco. Como digo en el artículo, ya decidirán los tribunales (en este caso el Tribunal Supremo, como aforado que es este señor) lo que corresponda.

Ahora bien, el comportamiento del senador es censurable. Incluso si tiene razón y su hijo denunció con fundamento, él no debió acompañarle para hacer uso de su condición de parlamentario a la hora de iniciar esa investigación. Es otro claro abuso de cargo público para procurarse un beneficio, que no tienen los ciudadanos normales y corrientes.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Alfonso, opino como tú, pero entiendo que es complicado examinar todas las características personales de los aspirantes a afiliado. Además, como dice un conocido mío: "a cualquier puta se le escapa un pedo". Es decir, de alguien intachable nadie puede adivinar ni garantizar que posteriormente no vaya a cometer una barbaridad. Todos cometemos errores, porque somos humanos. No sé de la trayectoria pasada de este señor, pero el hecho que comento, por su condición especial de cargo público, le obliga a dejar su responsabilidad de cargo representativo.