Para que luego digan. Los franceses le tienen manía, es cierto. Y, sin embargo, gana, y gana una y otra vez. Por eso será. Se llevó su séptimo triunfo en Francia. A pesar de las falsas acusaciones de los humoristas, que algunos se tomaron aquí como una declaración de guerra. Esto demuestra que, cuando se juega en buenas condiciones, no con pistas azules u otras chorradas, nuestro campeón demuestra que lo es. Además de tener buen carácter, este chico es una máquina. ¡Enhorabuena!
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