Cabaclub fue una obra de teatro que estrenaron Arrempuja Teatro en 2010, con música en directo, basada en un monólogo del argentino Hugo Daniel Marcos. En este mes de diciembre los Arrempuja se han sacado de la manga otro espectáculo del mismo estilo al que han llamado Nouveau Cabaclub, cuyas representaciones se han llevado a cabo en el Bar Diablo, de Palma del Río. Ayer fuimos a verlo un grupo de amigos. A verlo y disfrutarlo, además de la cena que nos sirvieron en el bar, pues en esto consiste la velada: cenar mientras se desarrolla la obra en el mismo salón.
Es ésta una fórmula que han puesto en práctica otros grupos. Recordemos, por ejemplo, la representación de "Cabaret Buenaventura" de los granadinos Laví e Bel en la pasada edición de la Feria de Teatro en el Sur. Esta obra venía representándose, con el nombre de Cabaret Popescu, en un local donde se servían las exquisiteces culinarias de un chef, al mismo tiempo que los comensales disfrutan de los números de variedades.
Arrempuja Teatro, en colaboración con el Bar Diablo, ha desarrollado en Palma este concepto, que ha dado, por cierto, un estupendo resultado, completándose el aforo del local. Así lo pudimos comprobar nosotros anoche. Nos lo pasamos estupendamente (todos los asistentes, por lo que vimos) y cenamos opíparamente. Arrempuja no para de mostrar números desde el principio de la actuación, donde canciones, juegos, concursos y sorpresas (que no desvelaré por supuesto) amenizan la velada en un ambiente conseguido del cabaret tradicional. Podíamos escoger entre tres menús y nos pudimos sentar los diversos grupos en mesas preparadas ex profeso. Los componentes de Arrempuja saben entretener y deleitar al público, con su estilo característico, entre el clown y un cierto teatro tierno y casi naíf, tan premiado en los últimos tiempos. Y con esta obra lo consiguen haciendo que las horas pasasen volando, mientras comíamos.
La de ayer se anunciaba como la última sesión, pero nos indicaron que habrá otra ocasión de disfrutarla el próximo sábado 28 de diciembre. Así que, quienes están interesados, pueden hablar con Javi "el diablo" y reservar mesa, que las entradas se agotan pronto. Y, por cierto, quienes sientan aprensión por el nombre del bar que se queden tranquilos. Que el Cristo, el barbudo o lo que sea la supuesta cara que dicen que hay en el sótano de la casa, no se atrevió a hacer su aparición espectral para aguarnos la fiesta. La diversión está asegurada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario