Llevamos tres días haciendo la digestión de lo ocurrido el viernes pasado con CajaSur, su intervención por el Banco de España, a petición del Consejo de Administración de la caja, cuando Unicaja había aprobado ya la fusión con la caja cordobesa. Mucho se ha hablado ya de los pormenores de este caso, incluido el correspondiente rechazo de muchos a que la Iglesia sea dueña de una entidad de crédito y ahorro. No voy a entrar en esos pormenores. Pero todos nos preguntamos ¿por qué ha ocurrido esto?
Para entenderlo debemos conocer la idiosincrasia de esta caja. Yo soy cliente desde muy joven, de niño, cuando gané una libreta de ahorro con 500 pesetas, en un concurso de radio. Me he mantenido fiel a la entidad desde entonces, como la mayoría del ahorro cordobés (copan el 60% del ahorro provincial), por “senequismo”, que es la forma “culta” de llamar por estas tierras a la DESIDIA y el fatalismo, que tanto daño nos ha hecho en nuestra historia.
Posteriormente he tenido la oportunidad de formar parte de sus órganos de gobierno, concretamente como consejero general en la Asamblea, en representación del ayuntamiento de Palma del Río, desde 2003 a 2008. Cuando entré estábamos en plena pugna de Miguel Castillejo con la Junta de Andalucía. Ya había conseguido que el gobierno de Aznar modificara la ley de cajas para quedar fuera de la tutela de la comunidad autónoma y ampararse bajo el paraguas del ministerio de hacienda, en manos del PP. El entonces presidente, en sus discursos-sermones, después de repartir bendiciones a los presentes en las asambleas, nos hablaba como a una familia. Y así se refería siempre a CajaSur, como su familia, por eso consideraba un agravio personal, como un insulto a un buen padre, el que algunos nos atreviésemos a votar en contra de sus propuestas, cuando no compartíamos sus dictados. En la primera asamblea a la que asistí fue un padre rudo y tajante, expulsando a todo “hijo díscolo” (socialista, por supuesto) de los órganos de dirección. Recuerdo su cara, su mirada, y la de los consejeros generales nombrados por él y el cabildo catedralicio, que le seguían a pie juntillas. Parecían decirnos con sus ojos “¿cómo os atrevéis, insensatos?”. Eran tiempos además de triunfalismo en unas cuentas engordadas por los beneficios de la especulación inmobiliaria. Llegó a cargarse al obispo de entonces, que se atrevió a rechistarle, llegando a ir a Roma, para pedir su cabeza. Se la concedieron, pero no duró mucho el canto de victoria. El nuevo obispo vino con una misión: calmar las aguas turbulentas.
Eso ocurrió en 2004, el PP perdió las elecciones y el gobierno, y la huida a Madrid no le libraba de lo que Castillejo consideraba una persecución por parte de los socialistas. La Junta y el Obispado pactaron la independencia de CajaSur, a cambio del reconocimiento de la Diputación como entidad fundadora (con la necesaria incorporación de sus representantes) y la vuelta de la entidad a la tutela y legalidad andaluza. Con ello Castillejo tuvo que salir de la caja al llegar la hora de la jubilación, junto a otros canónigos. Unos nuevos órganos de gobierno, más plurales, intentaron aclarar la gestión de la caja. Aunque el resultado de muchos años de gestión basada en el sector de la construcción no ha llevado a una buena situación. El Banco de España abrió expediente de investigación sobre la caja en 2004, cuyo informe indicaba que el 22% de la inversión en créditos se concentraba en gestión de suelos. Además se crearon promotoras a medias con los constructores, asumiendo un enorme riesgo. La crisis que vivimos puso en situación de extrema debilidad a la entidad. El Banco de España ordenó des-invertir, y ante el panorama incluso expedientó a los directivos.
Años antes el antiguo Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba se hizo con la Caja Provincial, dependiente de la Diputación. Algunos en el PSOE creyeron ingenuamente que eso le iba a dar mayor protagonismo en la nueva caja resultado de la fusión: CajaSur. No conocían los manejos de Castillejo y sus acólitos. Laminaron a la dirección de la caja fusionada y se quedaron con todo el patrimonio gratis. Eso es uno de los motivos por los que creo que han hecho fracasar la fusión prevista con Unicaja. El temor a ser absorbidos. El temor a una “venganza”.
Unicaja venía a salvar a CajaSur, tras una desastrosa gestión. Por eso podía poner condiciones (es una caja saneada y con una buena posición), pero las del cabildo catedralicio se basaban en mantener una cuota de poder importante, un gran patrimonio inmobiliario y dinero para seguir financiando sus obras. Lo del personal ha sido una excusa. Es cierto que las negociaciones no se cerraron el viernes, pero había un pre-acuerdo verbal, a pesar de las ventajas en sueldos de los empleados de la caja cordobesa, con una plantilla sobre-dimensionada a base de colocar familiares y amigos, sin criterio profesional. Y a pesar de aceptar una reducción menor de la plantilla. Lo ha dicho el obispo, que se debía respetar la historia de 150 años de la caja. Eso quería decir, como ha subrayado el presidente cesante, el canónigo Gómez Sierra, que no había confianza en los nuevos gestores. ¿Había miedo a que pasara lo mismo que ellos hicieron con la Caja Provincial?. Mala conciencia y soberbia hasta el final. Unicaja aprobó la fusión, pero en el último momento Gómez Sierra retrasó el consejo de administración para rechazar la fusión y pedir la intervención del Banco de España.
No es bueno lo que ha pasado. La caja va a ser vendida al mejor postor, como ha dicho Elena Salgado, para recuperar el dinero empleado en sanear las pérdidas. Incluso puede ser troceada o liquidada si del informe de los gestores nombrados por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) se infiere que no puede sobrevivir. Una investigación está en marcha, incluso se pueden derivar de ella responsabilidades para los antiguos gestores, ya que el fondo se nutre de dinero de los contribuyentes. A diferencia de haberse confirmado la fusión, que se hubiese financiado con dinero del Fondo de Garantías de Depósitos (de los propios bancos y cajas). Hay quien piensa que la maniobra es para que alguna otra caja se quede con CajaSur, sin que intervenga la Junta de Andalucía. Ya hubo contactos con Cajamurcia (controlada por el PP), y vuelve a sonar. Con el tiempo que hay por delante hasta que termine el FROB su tarea y si se adelantan las elecciones generales, con una victoria del PP, los canónigos podrían volver a recuperar el control. No me extraña que lo hayan pensado. El maquiavelismo no es ajeno a los designios eclesiásticos.
Sin embargo no cuentan con la imagen de la entidad como empresa, que ha quedado muy dañada. Y la crisis económica, que no favorece. Pero, claro, es que los eclesiásticos tienen otro sentido del tiempo. Llevan dos mil años haciendo y deshaciendo, y los ritmos de los mercados son arcanos incomprensibles para ellos. Por ahora, los únicos beneficiados son los clientes, que cuentan con una gestión profesional, por fin, y con la garantía del Banco de España. Por eso, por ahora, no se ha extendido el pánico. Entre los particulares, porque un buen número de beneficiarios del dinero que manejaban los directivos anteriores lo tienen más incierto: las empresas del holding de la caja ( Aconsa, Datasur Servicios Tecnológicos, Creusa, CTI, Gec Quermes, MQMSur, Viajes Cajasur y Seguros Cajasur), las ong de la Iglesia que recibían sustanciosas aportaciones, las hermandades, el Córdoba F.C., algunos diarios provinciales, la COPE...Algunos movimientos veremos en los próximos días, fruto del control económico que esta entidad ostentaba en la sociedad cordobesa.
En fin, que los “padres”, viendo la posibilidad de que llegase un “macho” más fuerte a la manada, o la familia, según se vea, han preferido cargarse a ésta. “La maté porque era mía” es otra frase que se ha oído mucho en estos días. Veremos cómo se desarrollan los acontecimientos. Pero una vez más, los que enarbolaron la “bandera de Córdoba” para defender sus intereses, nos han demostrado que éstos, sus intereses, por mucho que quieran vestirlos de seda, intereses ha quedado plasmados. Los suyos nada más. Los parados en la calle. Los pensionistas y funcionarios, y los ayuntamientos, pagando los platos rotos de la crisis. Y los resultados de la pésima gestión en la caja, solucionados con el dinero del Estado.
14 comentarios:
Por cierto, el nuevo obispo dijo que los curas que dirigieron CajaSur era lo mejor de los sacerdotes de su diócesis. Si eso es así, ¿cómo serán los demás sacerdotes?. Miedo da.
Gran explicación de todo lo que sucede. De economía no entiendo, pero como cristiano, lo de Cajasur es una perfecta herejía. ¿Cristiano y banquero? Imposible, no cabrás por el ojo de una aguja.
Gracias Alfonso. Yo tampoco entiendo mucho de economía, pero estoy más acostumbrado a le hipocresía eclesiástica. Un saludo.
gracias por el histórico que has hecho chevi, me ha servido para entender mejor todo este lío financiero, plagado de intrigas palaciegas por controlar un poder que, a mí como cristiana me avergüenza y me apena, porque luego los no creyentes nos meten en el mismo saco a todos, yo desde luego ya hace mucho tiempo que no me siento representada por nuestros "representantes" de Dios en la Tierra, a El lo dejo aparte porque creo firmemente que si Jesús volviera ahora por aquí, volvería a derribar las mesas de los mercaderes en el templo. Un saludo. Lida
Supongo que algo así pasaría, si volviese el nazareno. Pero, claro, él tampoco creó ninguna iglesia y fíjate lo que tenemos desde hace casi veinte siglos. Un saludo y gracias, Lida.
Tampoco entiendo de economía,pero me j..de que nos bajen el sueldo a los funcionarios y se lo congelen a los pensionistas para, entre otras cosas, pagar con dinero público los desmanes que han hecho los curas.
La Iglesia debería administrar la fé de los católios, no dinero.
Schevy, no entiendo como tienes dinero en una caja de los curas. (en tono de humor eh!)
Saludos
A mi también me j...jode (¡coño, ¿por qué no decirlo?) eso que dices, Molinero. Por eso me quejo en el artículo de la opción tomada por los canónigos. Con la fusión y las ayudas del Fondo de Garantía de Depósitos se hubiera solucionado el problema, sin acudir al FROB. Pero la fusión no la quisieron desde un principio los curas, pues les restaba privilegios (si se entera la gente, que ya está pasando, de los sueldazos de los curas y las indemnizaciones que pedían sus "manos derechas"...). Ahora se extiende la sospecha que apunto en el artículo: que está pactado entre la Iglesia y otra caja, con la ayuda del PP, el que ésta última la compre a precio de saldo, para que vuelvan a llevarse la "tostada gorda" de nuevo los curas. Si esto se confirma, saco el dinero y me lo llevo a otra. A tu pregunta respondo al principio del post: por desidia, y ahora, porque el director de la oficina actual es amigo y se preocupa de buscar la rentabilidad del dinero. Pero, repito, como se confirme la huída a otra caja de fuera de Andalucía, mi dinero no se va con ellos. Y menos para que lo manejen otra vez los que han hundido la caja con su nefasta gestión.
Sobre la implicación de las "manos derechas" de los curas al frustrarse la fusión, y sus intereses:
http://www.eldiadecordoba.es/article/cordoba/711508/psoe/pide/se/explique/papel/santiago/cabezas/proceso/fusion.html
yo también tenía mi dinero en cajasur, pero ya estoy en proceso de traslado. Me da cierto apuro, porque conozco a las personas y son muchos años, pero SE ACABÓ hasta el moño de los curas, y sus chanchullos, NO CON MI DINERO.lúi
Lúi, puedes hacer con tu dinero lo que quieras, por supuesto. Pero yo te aconsejo que esperes un poquito más, si, como dices, tienes estima por los empleados. Los curas ya no mandan en Cajasur, y está por ver quién se queda con la caja o las partes en que se divida. Ahora contamos con la garantía del Estado. Yo pensé lo mismo al conocer la intervención del BdE, pero he preferido esperar acontecimientos. Luego, cuando se sepa la adjudicación, veremos.
Pues yo tengo mi nómina con Cajasur desde hace unos 30 años y mis ahorros también; he aguantado el proceso de intento de fusión por los empleados (director y subdirector a los que en verdad estimo y se han comportado conmigo como verdaderos profesionales). Pero ahora me veo en la obligación de ser yo quien decida dónde debe estar mi dinero y no esperar al mejor postor o a que se decida un reparto .... o vete a saber qué; es por ello que he decidido sacar mis ahorros de Cajasur ya.
Respeto y comprendo tu decisión. Es una pena el mal tan grande que han hecho los canónigos y sus satélites con su imposición en el consejo. Suerte.
Schevi, con qué maestría has hecho el relato de la ¿caída? de Cajasur, qué exquisitez de síntesis del proceso.
Leemos y leemos artículos y periódicos y jamás nos dan esa diáfaba claridad que tú has conseguido.
Yo sigo en Cajasur por los empleados que me tocan, aunque ahorros no tengo. Debemos de seguir pues la garantía la da el Banco de España.
Ignacio
Muchas gracias, Ignacio. He intentado hacer una síntesis, gracias a mi experiencia como cliente y como antiguo miembro de los órganos internos. Un "cronista" más que un humilde "gestor" (de lo poco que dejan "gestionar" en una asamblea de caja de ahorros; además tan singular como era ésta).
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