Todos los años celebramos en el ayuntamiento el "Día del funcionario", el "Día del empleado público o empleada", o Santa Rita de Casia, patrona de los funcionarios de administración local en España. Cada uno lo llama como quiere o cree. Como la celebración de esta última, origen de la fiesta, es el 22 de mayo, en Palma siempre se ha adelantado la conmemoración, porque es costumbre irse al campo a comer y en estas fechas ya hace mucho calor, o coincide con la Feria de Mayo, como pasa este año, a lo que hay que unir que es el día en que están convocadas elecciones municipales en toda España. Así que la paella nos la comimos ayer viernes, en el Parque Periurbano de Los Cabezos.
Es también costumbre dejar a un lado las rencillas propias del trabajo, compartir alegrías y confraternizar entre todos los colectivos municipales, equipo de gobierno, funcionarios y empleados laborales. El único acto "oficial" es hacer entrega de un recordatorio, generalmente una placa, a las personas que se han jubilado o se jubilan ese año. Y un cheque de gran tamaño como recompensa simbólica a los empleados que cumplen 25 años de servicio al ayuntamiento.
Este año, el comité de empresa y la junta de personal han querido además homenajear a alguien que, si bien no se jubila y ya cumplió 25 años de servicio hace tiempo, sí va a dejar el ayuntamiento. Porque, tras 28 años de concejal y 24 de delegado en materia de recursos humanos y personal, el que escribe este humilde blog, como ya adelanté en enero, deja el ayuntamiento palmeño. Y, curiosamente, los encargados de negociar en nombre de los trabajadores municipales me hicieron entrega de una distinción por este motivo. El presidente de la junta de personal (Corrijo: un representante de la junta de personal, ya que el presidente, que estuvo allí, al igual que otros miembros de este órgano, no fue el que habló), acompañado de los miembros de los órganos de representación y la mesa general de negociación, tuvo palabras elogiosas hacia mí, con humor, simpatía y cariño, cosa que agradezco enormemente. Y tuve que dedicarle unas palabras de agradecimiento y despedida a los congregados, con algo de humor y también con la lógica emoción.
La imagen que expongo es la de la distinción, pues me hicieron entrega de un cuadro que enmarca una caricatura mía, hecha con mucho estilo y calidad por un miembro del cuerpo de la policía local, reproducida en un azulejo cerámico por una artesana, también relacionada con otro miembro de ese cuerpo. Como podéis ver, es un detalle simpático, humorístico, emotivo y no exento de crítica, como es lógico viniendo de la "otra parte" de las múltiples negociaciones laborales en las que he intervenido, representado a la empresa. Esa misma mañana habíamos tenido sesión de la mesa negociadora, cerrando algunos asuntos pendientes. Y todavía tendremos alguna más, antes de que, como les dije, después del día 11 de junio, vaya a pedirles su colaboración, ya en calidad de ciudadano de a pie, un servicio tan profesional, como el que he tenido hasta ahora. Fue una agradable sorpresa, aunque a medias, pues sospechaba algo, ante varias preguntas que me hicieron en días pasados sobre el tiempo que llevaba como concejal de personal, o por la foto que me sacaron en el despacho ("y que yo no te puedo decir nada"). Un detalle que ocupará, como grato recuerdo, un lugar destacado en mi hogar.
2 comentarios:
Saludos a todos los lectores. Desde aquí, quería hacer una aclaración, una vez leído "El simpático detalle de los empleados municipales".
El presidente de la junta de personal del Ayuntamiento, no pudo estar presente en la celebración del "Día del empleado público o empleada" por motivos laborales, ya que ese día, trabajaba en el turno de tarde (de 15,00 a 23,00 horas), estando dicho turno con los integrantes mínimos, motivo por el cual, no se podía faltar.
Sin embargo, desde aquí, me adhiero a las palabras de elogio y cariño de ese día hacia la figura de Francisco Javier, y le felicito personalmente por sus muchos años dedicados a la negociación con los representantes de los empleados y empleadas de nuestro Ayuntamiento.
Sin más, se despide Antonio Aguilar, presidente de la junta de personal del Ayuntamiento.
Pues creí verte entre los asistentes, Antonio. Un error mío, como el de creer que el presidente era Palomero, cosa que me aclararon después. Muchas gracias por tus palabras de elogio y cariño. Y disculpa el error. No siempre uno va a estar en lo cierto. Te deseo, como a los demás empleados, lo mejor.
Un saludo.
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