No ha podido ser. Córdoba competía con otras cinco ciudades: Burgos, Segovia, Zaragoza, Las Palmas de Gran Canaria y San Sebastián. Ha ganado esta última. Conozco todas las ciudades, porque he estado en todas ellas alguna vez. Todas tienen méritos más que suficientes para ser capital cultural. A mí me hubiera gustado que saliese elegida Córdoba. Pero lo cortés no quita lo valiente: ¡Felicidades, San Sebastián!
Hay que saber perder. Aunque me temo que, tal como está el país, eso no está ocurriendo, a la luz de los comentarios que estamos viendo, como reacciones ante la designación de Donostia. Es el signo de los tiempos, de estos malos momentos que vivimos y que hacen que politicemos todo cuanto ocurre. Ya se sabe, como dicen los italianos: ¿piove?, porco Governo ("llueve, ¡cochino gobierno!"). Ya amainará la lluvia.
Córdoba tiene patrimonio, historia y entidad suficiente para ser, siempre, "capital" cultural.
6 comentarios:
Todas lo merecen por algo y sólo puede ser elegida una. Yo hubiese querido que fuera Tarragona pero ya quedó descolgada hace tiempo y eso que también tiene sus méritos con todo el legado romano que posee de la antigua Tarraco.
San Sebastián es una ciudad preciosa y Córdoba también, las demás no las conozco personalmente.
Esa es la cuestión, como diría Hamlet, ser o no ser, porque solo puede ser una, aunque las demás hayan hecho méritos suficientes.
En este verano, y otros muchos, podemos decir de Córdoba que lo cortés no quita lo caliente.
Otro año será.
¿No será más bien que estamos en manos de las minorías vascas?
¿La Euskal Herría de Sabino Arana frente a la Córdoba de los Séneca, Averroes, Maimónides, Góngora...?
¡Humm... Que esto me huele a chamusquina y tú te pasas de bien pensado, Schevi del alma!
Saludos.
No debemos perder la esperanza, Quinto Forajido. Aunque sea con otros proyectos. Córdoba tiene valor más que suficiente para "venderse" en el mundo de la cultura.
Creo que eres tú el que te pasas de mal pensado, amigo Octavio Junco.
La politización desmedida de este asunto es lo que huele a chamusquina. Veamos. No cero que estemos en manos de una minoría vasca. El proyecto de capitalidad cultural de San Sebastián lo empezó Odón Elorza, del PSE-PSOE, aunque sea ahora Bildu quien lo vaya a rentabilizar. Por cierto, Bildu ha echado al PSE del ayuntamiento donostiarra y no está en otras instituciones, por lo que no es necesaria para buscar ningún apoyo parlamentario, como otras minorías nacionalistas. Más bien son el enemigo a batir, no a apoyar. No habría, por tanto, pago de ningún apoyo, como mucho cabreado ha dicho.
Las reacciones politizadas han sido exageradas, incluyendo las del Consejero de cultura de la Junta de Andalucía y la de la ministra Rosa Aguilar, que, unidas a las palabras del portavoz del jurado, han provocado una reacción desmesurada y visceral. El jurado está formado en su mayoría por personas nombradas por instituciones europeas, no gubernamentales. Es demasiado fácil echar la culpa a Zapatero, cuando no tiene mayoría para imponer su criterio, dando por bueno que ese criterio fuera apoyar a los vascos, frente a otras ciudades españolas. Además sabemos que hubo varias votaciones y en la final se disputaron el ganar Segovia y San Sebastián, venciendo esta última por un voto. Córdoba había quedado atrás ya antes.
El proyecto de Córdoba, basado en la supuesta convivencia entre judíos, cristianos y musulmanes, en su solar estaba cuestionado históricamente y en la actualidad, donde el fundamentalismo del obispo actual es prueba de ello. Históricamente fue cuestionado por nuestro paisano Nieto Cumplido, cosa con la que estoy de acuerdo. Muchas de las actividades de apoyo, por ejemplo la Noche Blanca del Flamenco, fueron consideradas por una parte de la sociedad cordobesa y su estamento cultural, como un despilfarro. E incluso como formas de fomentar el botellón y el ruido en la ciudad. Hay que recordar las críticas de los vecinos del centro y otras zonas “conservadoras” y de su medio de comunicación de cabecera.
Esta división política y social en Córdoba, con una parte favorable al proyecto y otra escéptica y manifiestamente contraria, ha perdurado hasta hace poco. Solo cuando el PP vio cercano el poder se sumó al proyecto. Todavía me acuerdo de sus reticencias cuando tratamos el tema en el ayuntamiento de Palma del Río, cuando nos pidieron apoyo. Preferían Málaga, o Burgos (ciudades gobernadas por ellos), y solo cuando Málaga quedó descartada se sumaron al apoyo, exigiendo incluso eficacia. También hemos de recordar que la Junta no podía pronunciarse cuando había más ciudades en la lucha. Cuando Moratinos o Carmen Calvo hablaron de apoyo a Córdoba las críticas fueron furibundas. Ya nadie recuerda esas posiciones contrarias a la candidatura cordobesa por parte de los que ahora culpan a Zapatero y a los socialistas gobernantes del resultado.
Habría que hacer un riguroso análisis de las causas (no se puede basar un proyecto así con tanta camiseta y banderita y tan poco fondo). Pero es el momento de la bilis, la rabia y el revanchismo político, como vemos. Ya lo digo en el post: es el signo de los tiempos. Una pena. Lo que tienen es que reconsiderar las ideas para rentabilizar el potencial de Córdoba y dejarse de caducos senequismos y victimismos. En fin.
Un saludo.
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