Otro año más el balón de oro fue a manos de Leo Messi, por cuarta vez. Como en ediciones anteriores, la polémica ha surgido incluso antes de conocerse el jugador ganador. Me da igual a quién se lo hayan dado. A fin de cuentas quienes se quejan es porque no lo han otorgado a un jugador de su equipo. O porque no quieren que lo gane uno del equipo tradicionalmente contrario. Este año lo llamativo, además, ha sido la chaqueta que lucía Messi en la gala. Un chaqueta repleta de lunares, como un traje de gitana. Otro asunto para discutir. Pues, como es posible llevar estampados llamativos, yo le propondría a Leo que la próxima vez luzca unas chaquetas así o similares.
Una con la foto del entrenador del Madrid, Jose Mourinho, que, además de ser de buen rollito con el contrario, se merece un reconocimiento por cómo está llevando al club rival del Barça, favoreciendo indirectamente al club blaugrana.
Otra con una estampa bucólica, para relajarse tras la tensión de los encuentros de máxima rivalidad.
Una con una imagen galáctica, pues galáctico es el muchacho, como es habitual llamar a las estrellas más brillantes del firmamento futbolístico.
Chaqueta con estampado de mapa histórico, ya que es historia lo que está haciendo el chaval y su nivel es de categoría mundial.
Claro que, si lo que pretende es ser el más comentado de la gala, entre hombres y mujeres, lo mejor es llevar del brazo a una espectacular acompañante, como han hecho Ronaldo, Sergio Ramos o Iker Casillas. Y si falta ésta se pude colocar una chaqueta con una neumática garota de Ipanema, como la de aquí. Seguro que puede eclipsar a las de verdad. Y todos estarán deseando ver su indumentaria.
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