El PP se ha quitado la careta y ha mostrado sus intenciones. No solo hace un guiño ideológico a los sectores ultras que le apoyaron para llegar al gobierno, con la cuestión del aborto. También mete ideología "liberal" en este campo. Según se ha podido saber en la memoria del proyecto de ley del gobierno se afirma que el retroceso en las posibilidades de interrupción voluntaria del embarazo tendrá un "impacto neto positivo por los beneficios esperados por el incremento de la natalidad", y eso podrá incidir en el campo económico. Está claro, lo que quieren es que el aumento de la natalidad propicie el incremento de la mano de obra que, con la restricción de derechos que nos han impuesto ya, hará que los costes laborales disminuyan por imperativos del mercado: la mayor demanda de empleo producirá la rebaja de salarios. Así, estos liberal-conservadores (liberal en lo económico, conservadores en valores e ideología) convertirán los hospitales en fábricas de mano de obra barata. Los nuevos esclavos del sistema serán producidos en grandes cantidades, debido a las restricciones para que las embarazadas interrumpan un embarazo no deseado o con peligro para el feto o la mujer. Algo así como una cadena de producción en masa de trabajadores, con colas de embarazadas esperando a parir, como mandan las escrituras que postergan a la mujer a un simple papel de madre, reproductora y sumisa, sin derechos ni igualdad con el varón, como simple medio de pruducción. Para tener legiones de esclavos a disposición del sistema. Claro, claro.
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