miércoles, 10 de julio de 2013

Sanidad prohíbe a médicos de familia recetar anticoagulantes orales


El día que conocemos que la privatización de la sanidad madrileña ha sido suspendida cautelarmente por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, también hemos sabido de otro ataque a la salud pública realizado en varias comunidades autónomas: se impide que médicos de familia puedan prescribir anticoagulantes orales a sus pacientes en siete comunidades autónomas. Concretamente en Asturias, Castilla y León, Castilla La-Mancha, Cantabria, La Rioja, Canarias y Aragón. Los motivos son económicos y, como vemos, no solo son comunidades gobernadas por el PP. En las restantes comunidades esta prescripción está sometida al visado. Eso hace que se den diferencias de atención en los diferentes territorios de España. Los especialistas aseguran que con ello se impide poner freno a una de las causas del 25% de los casos de ictus: la fibrilación auricular.

El ictus o ataque cerebral causa trastornos graves de movilidad, expresión oral, memoria, y en muchos casos la muerte del que lo padece. Es una de las causas más importantes de muerte (la tercera) en el mundo occidental. A principios de año os conté la muerte de mi hermana Mari, tras diversos ictus. Esta mañana he conocido los que ha sufrido el hermano de una compañera de trabajo, que le han provocado episodios de pérdida de memoria que están causando graves problemas de seguridad, incluso, a la familia (le da por cocinar, sin ser consciente del peligro del fuego, según nos contó su hermana). Con la dispensación de los anticoagulantes orales, esos problemas se podrían mitigar. Pero, de nuevo, la austeridad impuesta por el gobierno y los dogmáticos de Bruselas, los recortes y la crisis de financiación autonómica, están generando problemas para la ciudadanía, en lugar de mejorar sus condiciones de vida. Es lamentable que los médicos clamen en el desierto pidiendo más trabajo y que las autoridades sanitarias (de diferente signo político) no hagan caso, a pesar de que ya en mayo alertaron los profesionales de estas medidas que se iban a tomar.

Como vemos, la salud sigue siendo campo de batalla. Y las buenas noticias no nos permiten echar las campanas al vuelo, pues siempre hay algo que agüe la fiesta. Deberían rectificar. Evitar discapacidades y muertes no es derrochar.  

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