Plutón

El que fuera el noveno planeta del Sistema Solar (como estudiaba yo de niño en el colegio), el planeta más lejano, ya no lo es tanto. Desde 2006 Plutón ya no es un planeta, o solo un "planeta enano", junto con otros astros helados, alejados del Sol. Ni ya está tan lejos de nuestras manos, porque una sonda, la New Horizons, que lleva viajando más de 9 años, se ha acercado tanto como para darnos esta imagen del ignoto y remoto cuerpo celeste. El astro que descubrieran en 1930 ya se había incorporado al zodiaco, como regente del signo de Scorpio, sustituyendo a Marte, ensombreciendo su horóscopo, gracias al nombre asignado, correspondiente al dios de los infiernos romano y griego. Acentuando su cariz siniestro con los satélites que le orbitan, también con nombres relacionados: Caronte, Nix, Hidra, Cerbero y Estigia. No hay nada siniestro en ellos, ni tenemos certeza de que nos influyan en nuestras vidas, ni aunque los tengamos ya tan próximos en la retina, gracias a los viajes espaciales. Los astros, sin embargo, siguen conmoviéndonos cuando tenemos la oportunidad de observarlos en la bóveda celeste. Por eso llegar a los antaño límites del sistema donde habitamos es emocionante, quieran o no influirnos esos objetos que lo pueblan, sean o no verdad sus poderes. Plutón, el dios de los infiernos, no habita en el tórrido lugar, repleto de llamaradas, que nos enseñaron de niños, sino en los fríos espacios más alejados de nuestra estrella madre. Más allá hay otras estrellas, con sus planetas, con sus fríos y sus calores. ¿Y sus vidas? La emoción seguirá conmoviéndonos mientras tengamos sondas que pongan ojos a nuestra curiosidad.