Anoche, mientras cenábamos al aire libre, alguien habló de la luna azul. La luna azul no es que se cambie de color nuestro satélite o que la veamos de ese color. Se conoce con este nombre el hecho de que se repitan dos lunas llenas en el mismo mes. Eso pasa hoy, y no ha ocurrido desde hace años, desde 2009. Cosas del calendario gregoriano con el que nos regimos, donde el sol es el astro principal. Ayer alguien lo recordó y dejó paso al espíritu mágico que con tanta facilidad nos embriaga cuando hablamos de nuestro más cercano cuerpo celeste. Parece que había que escribir tus deseos en un papel, junto a una hoja de laurel, y guardarlo, para que se vayan cumpliendo. El que quiera hacerlo que no se abstenga, no seré yo quien se lo impida. Aunque tampoco sé de muchos que hayan conseguido hacer sus deseos realidad por este método.
Lo que sí sé es que el fenómeno celeste coincide con el funeral del primer hombre que pisó la Luna, Neil Armstrong, el 21 de julio de 1969, y que murió el sábado pasado. Aquel que dejó además su huella indeleble en el polvo lunar, mientras decía: "Es un pequeño paso para el hombre y un gran salto para la humanidad".
La Luna dejó de ser un "planeta virgen" gracias a los astronautas del Apolo XI. Las fantasías de muchos seres humanos se hicieron realidad aquellos días. Armstrong tuvo la suerte de ser el primer "enamorado" en hacer realidad ese sueño. Hoy, la Luna se viste de nuevo en este mes con sus mejores galas para despedirle.
2 comentarios:
Así me gusta, que se hable de astronomía por todos sitios!!!
A mí también me gusta la astronomía. Somos parte del Universo, no unos espectadores ajenos a lo que se ve en los cielos.
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