martes, 4 de agosto de 2009

Petición desesperada

Esta petición (¿desesperada?) encontré en nuestro viaje a Navarra, y País Vasco, concretamente estaba colocada en una puerta del tamaño de una de cochera o local comercial, en una calle de la localidad navarra de Sangüesa. Me llamó la atención, por no ser el tipo de placa habitual que se coloca en este tipo de entradas de vehículos, homologadas por los respectivos ayuntamientos, y que prohíben el estacionamiento en su longitud, para permitir la entrada del vehículo que se pretender guardar en su interior. Eso sí, tras el pago de la pertinente tasa por "Entradas de vehículos a través de las aceras y reservas de vía pública para aparcamiento exclusivo, parada de vehículos, carga y descarga de mercancías de cualquier clase", que es como se llama el tributo a satisfacer a la hacienda pública local, según la legislación vigente. Recuerdo que antes de aprobarse la ley de Haciendas Locales actual de 1988, este tributo se le conocía por el vetusto (pero correcto) nombre de "entrada de carruajes". Y por la tipología del edificio, bien venía esta denominación. Era además una petición respetuosa, una rogativa, no imperativa, como consciente de que no se podía exigir su cumplimiento. Pero, parece que la burocracia municipal no había accedido a semejante ruego. No solo no impedía el aparcamiento sino que....


colocaron este pivote u obstáculo justo delante de la puerta, con lo que ésta quedaba totalmente anulada para ser usada como cochera. Una vez más el poder de la administración hacía caso omiso de las demandas (respetuosas) de los ciudadanos, hasta, se supone, que éstos obtuvieran el vado por el cauce reglamentario, olvidándose de la anticuada placa. Para que luego digan que los ayuntamientos no hacen valer sus decisiones. Ahí queda eso.

No hay comentarios: