domingo, 31 de enero de 2016

Candelaria turística y popular


Otros años he mostrado la singularidad de la Candelaria, las Candelas, en el cercano municipio sevillano de La Puebla de los Infantes, candelarias con mensaje. Unas fiestas que se celebran por toda la geografía hispana, incluso en Palma del Río, aunque en otros tiempos en nuestra tierra fuesen más importantes, y ahora en declive. Fiestas de origen pagano, que algunos relacionan con las Lupercales romanas (que se celebraban en realidad el 15 de febrero), aunque más bien se remontan a otras culturas anteriores al imperio romano.


Decía que en Palma están en declive, pues solo sé de una candela pública que tuviese lugar ayer, la del Barrio de Goya. Otras han desaparecido, incluso la que organizaba el ayuntamiento. Parece que Palma sigue con su ancestral manía de que le hagan otros las cosas, mientras que nos quejamos de no tener nada. Así La Puebla estaba ayer repleta de palmeños y palmeñas. ¡Qué le vamos a hacer!


Como en viajes pasados, hice varias fotografías para dejar testimonio de lo que allí se quemó. Dimos una vuelta por varios puntos del casco urbano "cucharro" (o puebleño) y aproveché para recoger imágenes de lugares curiosos que no tenía, como, por ejemplo, el lavadero público de 1963 (como nos indica un letrero) que nunca había visto antes, a pesar de pasar por su lado, siempre que llegamos al pueblo.


También pude retratar el vuelo de un paramotor de los que participaban en la XX Concentración de estas aeronaves, y en la Feria del Vuelo, que tuvo lugar junto a las aguas del embalse de José Torán, mientras sobrevolaba los tejados de la villa.


De las candelas que vimos, o mejor dicho, de las que iban a ser candelas, recogí imágenes de la Candela de la Cruz, la que se monta en la plaza donde viven los padres de un compañero del Instituto de Bachillerato, Pedro González Chincolla, donde comimos las populares sopaipas. En esta candela se criticaba la reciente remodelación de tráfico, que había sufrido el pueblo, para disgustos de los hasta entonces libérrimos conductores.


Asimismo encontramos otras con claro contenido televisivo. Como las que hacían referencia a Gran Hermano VIP, donde se parodiaba al famoso "Pequeño Nicolás".


O la que reflejaba a concursantes (que desconozco, pues no veo ese programa) de "La báscula" de Canal Sur.


O del programa "La copla", en cuyas inmediaciones, además del ofrecimiento de viandas típicas, se podía cantar al estilo karaoke, como vimos hacer (y bailar) cuando visitamos el lugar, en medio de un gran bullicio, por cierto.


Igualmente encontramos otra candela donde la crítica destacaba por su agudeza. En ella se nos mostraba a la infanta Cristina en el banquillo del juicio oral recientemente empezado, con carteles donde se criticaba sus declaraciones de ignorancia sobre los negocios de su marido.


Del mismo modo, otras candelas eran alusivas a elementos típicos del lugar, como la de la fuente con el pila, donde se surtían de agua potable, al mismo tiempo que servía de abrevadero para el ganado.


También estuvimos en la Feria Artesanal y Gastronómica que se celebraba en la plaza del Ayuntamiento. Allí pude charlar unos minutos con un viejo amigo, otro antiguo compañero del Instituto, Antonio Mantero, "el de las muletas" (en la foto con jersey azul claro), al que no veía desde hace años, salvo algún contacto en Facebook. Como pasó con Manolo Ostos, el hijo del practicante del que conté una anécdota sobre una actuación cómica en una vieja entrada del blog, que casi era una institución en nuestro centro de bachillerato, de la gente que le conoció al repetir tantas veces de curso, que desde hace años vive y trabaja en Palma, y con el que nos estuvimos riendo en un par de ocasiones, durante nuestra visita.


Nos comimos nuestras sopaipas, con chocolate caliente, que ofrecieron a todos los presentes. Nos llenamos de ceniza, nos calentamos en una noche no demasiado fría. En fin, que, como no podía ser menos, pasamos una buena jornada con familia y amigos en este bello pueblo de la Sierra Norte sevillana, con la pena de que en nuestra ciudad se vaya perdiendo esta bonita tradición.


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