miércoles, 28 de septiembre de 2016

La crisis del PSOE, hoy un peldaño más hacia el abismo


El lunes pasado expresé mi descontento con lo que está pasando en el PSOE en una entrada de este blog (bastante visitada, por cierto). En ella culpaba a los "dos bandos en liza" de la crisis que está viviendo el partido. Las responsabilidades se reparten, cuando cada uno va "a lo suyo". Hoy, lamentablemente, todo ha empeorado. Está el PSOE viviendo la peor situación desde aquella dimisión de Felipe González, cuando el Congreso del partido de mayo de 1979 rechazó su propuesta de eliminar el marxismo como referente ideológico. Hoy también el antiguo secretario general ha sido protagonista al decir en una entrevista que Pedro Sánchez le había engañado, al asegurar que le había dicho que el PSOE se iba a abstener en la votación de la candidatura de Rajoy en la segunda votación. Y le ha pedido la dimisión para que asumiese su responsabilidad por la deriva descendente en los resultados electorales. Esto ha provocado un enorme revuelo, como se podía suponer.

Después, esta tarde, 17 miembros de la Comisión Ejecutiva Federal han presentado sus renuncias, con la intención de que por el Comité Federal se convoque congreso para elegir una nueva Ejecutiva, de acuerdo con los reglamentos del partido. Una operación que venía fraguándose desde hace días, para impedir que Pedro Sánchez llevase su propuesta el sábado al Comité, de convocar primarias para octubre y congreso para diciembre. La respuesta ha enconado más el enfrentamiento.

Sigo pensando lo mismo que dije el lunes: que el Partido Socialista debe re-fundarse. Su estructura actual no encaja con procedimientos, como el de primarias, que sostienen la existencia de diferentes legitimidades a la hora de dirigirlo. Y, por tanto, provoca que el partido no pueda presentar de forma idónea un proyecto coherente en cualquier parte del territorio nacional. Algo que esperan los ciudadanos: respuestas concretas a sus problemas concretos, sin distinción de "nacionalidades o regiones", un proyecto único que transforme el país y devuelva los derechos y libertades recortados por el PP en sus cuatro años de gobierno (casi cinco) y antes, tras el giro de Zapatero. No "peleítas de palacio", gobiernos de camarillas, señores y señoras feudales mangoneando y atendiendo solo a sus intereses particulares.

Hoy seguimos dando espectáculo, para tristeza del electorado y cabreo de los militantes. Hoy seguimos alegrando al PP, que ve cómo su principal adversario se empeña en destruirse a sí mismo con sus propias manos, sin tener ellos que hacer nada más que esperar para recoger los escombros del derribo. Hoy los de "la verdadera izquierda" también echan leña al fuego, con sus peroratas sobre el IBEX, hablando de "golpes de régimen" y otras lindezas, e incluso acusando de fraude en las dimisiones, como ha hecho Pablo Iglesias, al querer los críticos echar al secretario general elegido por la militancia, cuando él mismo no ha tenido empacho en cargarse a candidatos propuestos por las bases de Podemos (como en el caso de Córdoba) para colocar amigos y fieles en las listas (¡mira quién fue a hablar de respeto al voto de las bases!). En fin, que se están empleando bien también para conseguir lo que quiso hace años su diputado por Córdoba, Manuel Monereo: "destruir política, cultural y moralmente al PSOE".

Las redes sociales están que arden. Y otra vez el PSOE vuelve a vivir la dialéctica entre votantes y militantes. Muchos militantes se están manifestando en favor de Pedro Sánchez, al considerar que éste fue votado en primarias y los críticos no respetan el sentido de es voto, cuando lo que han hecho los dimisionarios es provocar un congreso extraordinario ¡que de voz a los afiliados! Los votantes, en general, no sabemos, pero los seis últimas convocatorias electorales han sido un castigo al PSOE actual, con sus dirección y sus "críticos". Un castigo, además, creciente, que demuestra la falta de sintonía con el electorado de la que hablaba en mi entrada del lunes. ¿Coincide la opinión de los militantes con la de los votantes? Me temo que no, los resultados (la realidad, no las "pajas mentales" o los análisis de laboratorio político) nos dicen eso. Cuando he comentado las primarias como método siempre he dicho que no era partidario de ellas, pero que si se hacían debían celebrarse como en Francia o Estados Unidos (donde hay sistemas mayoritarios o similares, no se olvide), con la participación del electorado que se identifica con la ideología, no solo los afiliados (que tienen, además de ideología, intereses "personales internos"). Y primero, antes de votar personas, debemos tener claro el proyecto político. Las primarias, cuando se han llevado a cabo, se han planteado mal porque se pone el acento en las personas sin centrarse en proyectos o propuestas diferentes, y, para colmo, subsiste el organigrama federal con su propia legitimidad. Para colmo, nuestro proyecto como partido es el que se ha ido desdibujando en estos últimos años, como han visto los votantes que nos han dado la espalda.

Me temo que los votantes, en estas pasadas elecciones, nos dijeron que estuviésemos en la oposición, para recomponer nuestro proyecto, no para peleas de barones y baronesas. Si continúa esto último, tal vez ya no haya pronto partido en el que pelear. Y el electorado de izquierda sin una alternativa seria, socialdemócrata de verdad, transformadora (no aventurera) y respetuosa de los derechos humanos (y no totalitaria) a la que votar. Negro panorama se nos presenta, si no se reconduce la situación y se afronta decididamente la refundación. Con una izquierda con referentes fracasados, como el comunismo, el PP tiene asegurado el gobierno de España por los siglos de los siglos. Así que toca serenarse y pensar sin hipotecas y con honradez en nuestro futuro. El de todo el partido y el de nuestros tradicionales votantes.

1 comentario:

Coleoparceparia dijo...

A la izquierda española nunca le ha hecho falta un enemigo que la destruya, ella misma se ha encargado siempre de destruirse ella solita. Todo lo contrario que la derecha, que siempre cuando quieren conseguir el poder van todos a una y después ya se encargan de pegarse puñaladas entre ellos, pero siempre sin que el tener el poder peligre.
Lo de divide y vencerás no es nada nuevo en nuestra historia y siempre ha tenido el mismo resultado. Ya pasó con los reinos de taifas, con la caida de la II República y ahora parece que se va a volver a repetir lo mismo con el PSOE, donde los diferentes reyezuelos de taifas, a los que ahora llaman barones, se están encargando con sus intrigas y navajazos traperos de acabar con un partido con mas de 100 años de historia, que si bien necesita una gran limpieza de cara y de fondos, no es esta la mejor forma de hacerla. El PSOE necesita hace ya mucho tiempo una limpieza a fondo de chorizos y mangantes para recuperar a los votantes que tanto confiaron en ellos y a los que progresivamente han ido echando con sus corruptelas y falta de coherencia.