lunes, 17 de enero de 2011

El secreto mejor guardado

La discreción en el sentido de prudencia o reserva ha sido considerada siempre una virtud. De ahí nació el concepto de secreto (algo reservado, oculto, un conocimiento que no se comparte sino que se mantiene en silencio en exclusiva). El secreto bancario ha sido siempre uno de los ejes de funcionamiento de quienes se han dedicado a través de la Historia a custodiar las riquezas (por pequeñas que sean) que les confían otros, para evitar que algunos desaprensivos se aprovechen de esta custodia para hacer daño patrimonial o moral al ahorrador. Pero el secreto bancario ha sobrepasado los límites de lo decente en el caso de los llamados paraísos fiscales, donde determinadas entidades bancarias protegen no solo la abundancia de los depósitos, sino también su naturaleza, origen y la identidad de los titulares (las famosas cuentas numeradas), con vistas a protegerles del cumplimiento de sus obligaciones fiscales en sus países de origen, entre otras obligaciones de personas honradas. 

Paraísos fiscales hay muchos y varía la consideración como tales, según a quién preguntemos. Determinadas islas se han dado a conocer precisamente por acumular una gran riqueza gracias a ejercer como tales. Muy cerca de nosotros (Andorra) tenemos uno que siempre hemos conocido no solo los poseedores de grandes fortunas, sino el pequeño consumidor que antes aprovechaba su baja fiscalidad para comprar bienes más caros en España, como por ejemplo los aparatos electrónicos, tan de moda en décadas anteriores a nuestra entrada en el Mercado Común, y a la aparición de los bazares y tiendas de chinos actuales. Pero el país europeo famoso por el secreto bancario ha sido siempre Suiza

Hace tiempo que venimos asistiendo a las revelaciones de Wikileaks, sobre secretos de estado (supuestamente) que vienen publicando medios de comunicación de todo el mundo. Los muchos correos estadounidenses sobre casos poco presentables de actuación de determinados gobiernos, u opiniones sobre personas o regímenes supuestamente amigos, que están siendo desvelados, están poniendo en un brete a estas personas e instituciones y al mismo gobierno americano, que debería haber custodiado mejor estas cuestiones. La detención de Julian Assange, responsable de la web, por motivos personales que ya habían sido desechados antes, hace sospechar que nos encontremos ante una maniobra para "callar al mensajero". Ahora asistimos a otro capítulo más, al conocerse que un ex-banquero suizo ha entregado a la famosa web en plena luz del día información sobre cientos de cuentas bancarias en el extranjero de clientes sospechosos de evasión fiscal.

Así, otro de los mitos hasta ahora intocables, el del secreto bancario de los paraísos fiscales, parece que puede empezar a tambalearse. Las presiones de organismos internacionales no han conseguido acabar con esta complicidad con  la evasión fiscal y el ocultamiento de fortunas, en muchos casos, de dudosa procedencia. ¿Acabará por fin con esta práctica corrupta la revelación de estos secretos en internet?. No lo sé, pero seguro que más de uno, al conocer la noticia, ya se ha puesto a temblar, pues en pocos días se empezarán a conocer datos concretos. ¿Lo impedirá alguien?. Hasta ahora las revelaciones de Wilileaks han sido en muchos casos "chismes", pero si salen a la luz nombres, fortunas, procedencias de capitales, algo "muy gordo" puede ocurrir. 


Esta imagen la tomé hace días en Granada y recoge una pintada de las campañas para pedir la libertad de Assange, el fundador de Wikilieaks. Se refiere a los gobernantes, aunque, como ya he dicho, lo revelado en muchos casos sea de poca importancia. ¿Tendrán que temer los grandes hombres de negocios, los políticos y los artistas que han confiado sus patrimonios a los paraísos fiscales también ahora?. Estamos esperando ansiosos ver si es verdad que por fin cae un mito. Y la honradez se impone en las transacciones financieras internacionales.

2 comentarios:

EL QUINTO FORAJIDO dijo...

el fin de los paraisos fiscales y la legalización sin comercialización de las drogas acabarían con el 99,9999 y muchos 9 mas de la corrupción y la delincuencia, sueño con que sea verdad lo de la publicación de las cuentas esas.

Un saludo.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Ojalá se cumplan tus deseos. Pero no soy muy optimista viendo lo que le pasa a Assange.

Un saludo, Quinto Forajido.