Buenas tardes, nos encontramos en la entrada de la pista central de El Corte Irlandés para retransmitirles a ustedes el partido del siglo, el encuentro más importante del inicio de temporada: las rebajas de enero.
En estos momentos vemos como los contendientes se apiñan a las puertas del gran almacén, a la espera de que se de el pistoletazo de salida que....(¡¡¡Bang!!!) ¡en estos momentos suena!. El pobre guarda jurado intenta abrir las puertas y ponerse a salvo de la multitud...pero no lo consigue, siendo placado por una señora con moño y abrigo de cuadros, que consigue aplastarlo en el suelo y levantar la gorra de plato del guarda en señal de victoria. ¡Qué jugada, señores! Ni en los mejores partidos de rugby hemos visto un ataque así.
Ahora las masas enardecidas por el afán consumista se encaminan raudas por pasillos y escaleras a la busca de la ganga deseada. Vemos en la planta baja, como dos vecinas del mismo bloque se enzarzan en una pelea a cuerpo limpio. ¡Acerquémonos para no perdernos ningún detalle, amigos!. Efectivamente, la señora del traje a rayas a cogido a su vecina por el pelo, tras lanzarse ésta sobre un bolso de Luis Putón. La dependienta, sonrojada, hace todo lo que puede para separarlas, pero su labor arbitral es infructuosa. Ya intervienen los vigilantes y consiguen pacificar la escaramuza. Balance: Dos heridas de consideración, con pronostico reservado, luxación de codo de un vigilante, y el bolso desaparecido en combate. Seguro que otra avispada se lo ha escamoteado.
Si observamos la planta primera, apreciamos un nutrido grupo de escolares, fugados de sus respectivos centros de enseñanza, dirigirse, con paso marcial, al son de sus mp3 con una canción de Lady Gaga, hacia la sección de electrónica en busca del nuevo smartphon de última generación de Moviplanet, con el que conectarse a Sixti, mientras haces los deberes de música. ¡Qué alegría dan, tan adaptados a sus estudios y a las redes sociales de los nuevos tiempos!. Y ese expontáneo señor, cómo maneja el bastón, como si de un florete se tratara. Nos da una verdadera lección de esgrima en pos de los calzoncillos del Pato Lucas que se lleva.
En la segunda planta, la de los libros, como es habitual, no hay nadie. Bueno, sí, un señor de barba canosa con una chaqueta de pana. Pero ese no nos interesa. Así que aprovechamos para recordarles que, si están resfriados, tomen Frenatós. Frenatós calmará su tos, limpiará sus vías respiratorias y acabará con esas molestas flemas, que le impiden seguir con atención este magnífico encuentro vespertino. Ya lo saben: Frenatós. Y ¡olvide el resfriadoooo!
¿Como va el partido?. Pues en la tercera planta es sin embargo donde vemos las jugadas más interesantes, queridos oyentes. Tras media hora de juego, las masas arrasan con los expositores, percheros, estanterías y mostradores. Es toda una fiesta del deporte de las compras. Reina la alegría, el alborozo, el espíritu de lucha y el sentido de la competición. Los cadáveres de los más rezagados en sus compras yacen ya por los suelos amontonados, después de haber sido aplastados por la muchedumbre. Jugadores y jugadoras, enaltecidos por las recientes victorias, cantan himnos de equipo mientras exhiben sus trofeos: blusas, faldas, camisas, pantalones, bolsos, bragas, calcetines, medias, abrigos, sujetadores, zapatos de tacón, chaquetas, corbatas, cualquier cosa que nos ofrecen ¡a precios insuperables!. Preguntemos a esta señora del chaquetón de lunares:
Reportero: ¿Y usted qué ha logrado comprar?.
Compradora: Pues, mire, Patricia...
Reportero: Yo no me llamo Patricia, señora, y soy un hombre.
Compradora: Bueno, Jorge Javier, yo venía buscando un abrigo de paño o de esos de pelitos en el cuello. Verá, es que mi cuñada Mari Pili me regaló un anorak para los reyes, que, verá, es de cuadros verdes y fucsias, y mi marido dice que me lo tengo que poner, porque me lo ha regalado Mari Pili con mucho cariño y sacrificio, que es mileurista, sabe usted. Pero ¿cómo me voy a poner una cosa así, yo, con estas mechas que me hice para la nochevieja?, ¿tú me entiendes, Jorge Javier?
Reportero: No me llamo Jorge Javier, pero le entiendo, Belén.
Compradora: Pues eso, Jorge Javier, que yo venía buscando un abrigo y dejé a la niña comiéndose el pollo. Y cuando le vi, el abrigo de rayas blancas y negras con pelito en el cuello dije: Yo por ese abrigo....
Reportero: Maaa..tooo.
Compradora: No, Patricia, que yo soy una persona pacífica y de misa los domingos y fiestas de guardar. Que yo me dije: yo por ese abrigo tengo que pelear como Iker Casillas por un balón. Y aquí me ves, saltando hacia la escuadra de la portería, como una pantera, mientras Leo Messi golpeaba el balón con la pierna derecha y......¡atrapé el abrigo por las mangas!. Que a gusto me he quedado, Jorge Javier.
Y devolvemos la conexión a nuestros estudios centrales. ¡Que alegría, que alboroto: otro perrito piloto!. ¡Oooééé, oé, oé, oé!. Esta es la fiesta de las rebajas, señoras y señores. Cómo ha empezado la temporada. Nos van a someter de nuevo a la tiranía de la moda, pero...seguro que nos vamos a divertir.
3 comentarios:
¡Qué tonto! ¡Qué politizado! ¡Pues qué te parece...!
Pues que en una de tus dos fotos (en la de abajo) me ha parecido ver la cruz gamada de los nizional-socialistas.
¡Qué cosas ve mi imaginación!
Es el símbolo de la dictadura de la moda, Jesú, puesto al descubierto.
¡Pero no, no. Nooo!
Es que ahora ya no veo una sino dos cruces nazis. (¿Hay más?)
¡Ay, ay, aaaaaay! ¡¡¡Que me voy a volver loco; que me estoy volviedo loco!!!
¡Que lo veo yo! Schevi, échame una mano, por favor.
¡Que vienen a por mí! ¡Que me persiguen...! Ya estoy viendo ahora mismíto un ejército muy bien alineado de cruces gamadas, con sus camisas pardas y sus bayonetas caladas.
¡Huyyyyy! ¡Ufffff!
¡¡¡AUXILIO, SOCORRO, QUE ME CA...!!!
Publicar un comentario