domingo, 17 de abril de 2011

Recuerdos de parte del antiguo arrabal medieval, mi barrio.

La semana pasada terminábamos este recorrido, que estoy haciendo por las calles que ocupaban el paisaje urbano de mi infancia, en la calle Feria, con la casa de la familia Liñán. Esta calle recibe su nombre desde 1521, por la feria comercial que concedió el rey Juan II de Castilla a Martín Fernández Portocarrero, VI señor de la Villa, en 1451, origen de la actual feria de agosto, que se celebraba en esta vía principal del arrabal que se fue formando extramuros de la zona noble, y que daría lugar a la zona de extensión del casco posterior. Estas calles que organizaron este ensanche, se formaron al consolidarse la población, en torno a la calle Feria. Unas se situarían a la izquierda, como la Calle Cuerpo de Cristo, o San Sebastián, y otras ocupando la zona a la derecha, hasta la ribera del Genil (actual calle Río Seco), río que sirvió de defensa natural al castillo y recinto amurallado. A la derecha encontrábamos, saliendo desde la plaza del ayuntamiento, primero la calle Santo Domingo y luego la calle José de Mora, donde viví 20 años. Estas vías no las voy a comentar, como tampoco la calle Cuerpo de Cristo (a la izquierda), por ser vías de entidad suficiente y contar con edificios con historia y calidad merecedores de detenerse en otros artículos.

Si nos situamos, en el recorrido imaginario que terminábamos hace una semana, en la confluencia de San Sebastían con calle Feria, pasaremos por la calle José de Mora. Casi al final, a la derecha encontramos la calle Violante y Jorge. Un nombre que siempre me ha intrigado y que no alcanzo aún a conocer de su origen. De Violante solo me vienen a la memoria los versos de Lope de Vega, que aprendimos en la escuela, y con los que nos quería enseñar a componer un soneto (“Un soneto me manda hacer Violante / que en mi vida me he visto en tal aprieto; / catorce versos dicen que es soneto; / burla burlando van los tres delante.”). El tal Jorge es una incógnita aún mayor. Si alguien sabe de su razón, que nos haga el favor de exponerlo, sea por comentario, o sea por otro medio. Se lo agradeceremos. 


Esta calle era y es especial. Es una zona peatonal desde hace muchos años. A la derecha estaba el cine Salón Jerez, propiedad de la familia Jerez, hijos de Miguel Jerez y Jerez, médico titular e inspector local de sanidad a principios del XX, que vivían en la calle Santo Domingo. El cine estaba a espaldas de su casa, teniendo fachada en José de Mora. Este señor, además construyó el primer teatro del paseo, en la barriada de San Francisco, el que sería cine Coliseo España, origen del actual Teatro Coliseo. A la izquierda de la calle se situaban casas propias de la arquitectura popular palmeña del siglo XIX y XX, tal vez con origen anterior. Algunas eran casas de vecinos modestas, donde vivieron conocidos, como los Santos, Cuevas, o los “Chocheros”. Lo llamativo era la solería formada por grandes losas de piedra a lo largo de la calle, y los obstáculos que cerraban el paso a los vehículos, los famosos marmolillos, bloques de granito, que servían además para que los niños jugáramos saltándolos por encima. La imagen es de mala calidad, pero se aprecia lo que expongo.


Si bajamos a calle Río Seco por José de Mora, y giramos a la izquierda, pasando la casa de los “Civiquitos”, entrábamos en la calle Boquete de Anghera (muchos escriben “Anguera”, mal). Esta calle recibe su nombre del accidente geográfico del norte de África que se hizo célebre por la guerra de Marruecos, de principios del siglo XX, que relatara Pedro Antonio de Alarcón. Al final, haciendo esquina nos topábamos con la ermita, cerrada años atrás, de la Coronada. Hubo un hospital fundado en el siglo XVI, el de Santa María de la Coronada, que convivió con el de la Caridad, y que se unió a los ya existentes el siglo anterior de San Bartolomé, Cuerpo de Dios, antecedente de la calle “Cuerpo de Cristo”, donde se situaba, y el que pervive hoy día, el Hospital de San Sebastián, en la vía del mismo nombre. Esta ermita formaba parte del conjunto hospitalario de St. María de la Coronada, que daría luego nombre a la calle que comunica Boquete de Anghera con calle Feria. En mi niñez pasaba mucho por allí, para comprar el pan, antes de ir al colegio, en la panadería Higueras, situada en la calle Ponce, calle que comunica la calle Feria con el conjunto que vamos a comentar. La calle Coronada se llamó durante el franquismo Alférez Reyes, pero la gente la siguió conociendo por el nombre del hospital y la ermita que le sobrevivió. 


Frente a la entrada de la ermita nos dirigimos por la calle La Palma. Esta calle termina en la calle Ponce, que, como decía, acaba en la calle Feria (José Antonio Primo de Rivera, durante la dictadura del General Franco) en su esquina izquierda, y en la calle Castelar, en su esquina derecha. Vecinos de mi niñez recuerdo a López, el carpintero de Río Seco, a cuya carpintería íbamos a recoger restos de madera para hacer juguetes artesanales. O Santos el de los huevos. O Palomero, el maestro albañil, al que mi padre le quitó un quiste graso de la cara, delante de la oreja, justo una semana antes de casarse (y se curó a tiempo), que aparece en la tercera de las fotos del segundo artículo sobre el bar El latero


Si nos giramos en el cruce de Ponce con La Palma, hacia la derecha, al final, como una prolongación coqueta, empezando por un hermoso arco, adornado con un mosaico cerámico que representa a la Purísima Concepción, aparece la calle calle Purísima, vía también peatonal, como lo es Violante y Jorge, como nos muestran sin discusión los dos marmolillos de granito que impiden el paso de carros o vehículos tanto aquí como al final, llegando ya a Río Seco.

Y desde esta esquina de la calle Ponce, dejando a la derecha la Purísima, penetraremos en otra de las calles con nombre curioso de este conjunto urbano, la calle Manga de Gabán. Tampoco conozco el motivo de tal denominación, pero siempre me ha hecho gracia. ¿Se imaginan una calle con el nombre de “pernil de pantalón” o "cuello de camisa”?. Una nota simpática de nuestro callejero palmeño. Esta calle termina en la calle Castelar unos metros más arriba de la calle Ponce, dibujando un arco desde su inicio hasta su final. Allí vivían, entre otros vecinos, Rafaela, la de la miel, amiga de mi familia, que tenía un puesto en la plaza de abastos, y su hermano “Chacoque”, que pudo ser torero y que todavía vive, a pesar de su delicada salud y su avanzada edad. O la madre de los Delgado, mis amigos Juan o Carmelo.


Todas estas calles estaban formadas por casas de estilo popular, encaladas, de una o dos plantas, sin muchos adornos, con sencillos balcones o ventanas enrejadas, como vemos en las fotografías. Sus pavimentos eran empedrados de piedra de río, típicos de aquí, que se han conservado más mal que bien en este tiempo, con muchos remiendos y baches, hasta que recientemente se han ido arreglando, volviéndose a urbanizar. Calles cortas y estrechas con trazados irregulares propios de viejos tiempos, con origen medieval. Sus vecinos no eran miembros de la sociedad más pudiente, tal vez por situarse ya casi en las afueras del antiguo arrabal, cerca del río. De la calle Feria, hacia el este, se acomodarían los vecinos más acaudalados, por ello las viviendas eran más suntuosas. Como las que hemos visitado ya en este recorrido imaginario y nostálgico. Y como las que nos quedan por ver de las calles José de Mora o Santo Domingo. Lo más llamativo, desde el punto de vista arquitectónico era la ermita de la Coronada, que se veía desde el huerto de mi antigua casa, casi perpendicular de una esquina a otra de la manzana. Recuerdo su veleta en forma de estrella, sobre la espadaña, blanco habitual de pedradas o disparos de carabina de aire comprimido, como juego de niños. La bóveda semiderruída visible desde mi casa, o las ruinas perceptibles desde la calle, a través de sus puertas. Vestigio de un pasado donde los hospitales de caridad suplían la ausencia de la moderna seguridad social.

Estas callecitas, cuyas edificaciones también han ido cambiando con el tiempo, eran mi medio habitual de desenvolvimiento. Donde vivían los amigos, donde pasábamos buenos ratos de visitas, donde jugábamos, el paso para ir a la compra o al colegio, por estar menos transitadas. Una parte de la historia de Palma que todavía queda presente en mis recuerdos como un trozo de mi historia particular.

14 comentarios:

Carmela Lora dijo...

¡¡¡ Que recuerdos Shevy me has traido a la cabeza tan agradables!!!

Muchas gracias.

Carmela Lora dijo...

Mi barrio,tal cual lo recuerdo de mi niñez, me has dado una grata alegría Shevy.
¡¡Muchas gracias!!!

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Me alegro, Carmela. Compartir recuerdos agradables es un verdadero placer. Y seguiremos publicando más imágenes de Palma de aquellos años. Que tengo muchas cosas que decir y publicar para que no se olvide la historia de nuestro pueblo. Muchas gracias.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Por cierto, como no pude hacerlo antes, aprovecho tus comentarios, Carmela, para completar, como te dije en persona, el post. Y añado que tu calle era y es conocida como calle Mangueta, en lugar de Manga de Gabán (nombre oficial), que era como se decía en mi casa, por ejemplo. O que en la panadería de Higueras, llamada "La lágrima", trabajó mi suegra María. Y sé del cariño que todavía le guardan las hijas del dueño, y que le transmiten a mi mujer para que se lo comunique a su madre.

Animal Farm dijo...

Tengo entendido, si no es así me corriges, que esta zona de Palma del Río era un antiguo barrio judío o judería que llegó a ser poblada por cerca de mil personas poco antes de la expulsión de los mismos. Las calles empedradas como Violante y Jorge son típicas de los barrios judìos. Enhorabuena por esta serie de posts tan ilustrativos sobre nuestro pueblo. Te dejo un enlace donde hay visitas virtuales a lugares emblemáticos de Palma, por ejemplo, la calle Ponce.
http://panoramicasyvisitasvirtuales.blogspot.com/p/visita-virtual-palma-del-rio-cordoba.html

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Gracias, Animal Farm. Es conocido que durante unos veinte años hubo una gran población (según lo que se entendía por grande entonces) de judíos que se instalaron en Palma, huyendo de las persecuciones que sufrían en Córdoba. Era ya época cristiana (1473) y probablemente se instalaron en esa zona que dices, por formar parte de uno de los arrabales extramuros. Creo, no obstante que alguno pudo tener propiedades intramuros, luego adquiridas por potentados cristianos. Algo me suena de haber leído sobre ello en las adquisiciones por parte de la iglesia, concretamente por lo acumulado por el Hospital de Ssn Sebastián o el convento de Santa Clara o su fundador, Juan Manosalbas. Consultaré el libro de Catalina Valenzuela sobre el clero palmeño. Pero el grueso, en un periodo tan corto, hasta la expulsión en 1492, viviría por aquí, en la parte "menos noble", cercana al límite del casco.

Anónimo dijo...

Grandes fotos y comentarios para nostálgicos como yo...gracias y viva er Betis !!

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Muchas gracias, anónimo nostálgico y ¡viva el Betis!.

Carmela Lora dijo...

Schevi, así como mi calle se le sigue llamando Mangueta, a la calle Purísima Concepción se le llama la calle El Cura; según me contaba mi vecina Dolores era conocida así por que en la casa de la cancela vivia un cura a saber tu cuando; la calle Ponce era llamada La Lágrima.
Y en el marmolillo de la calle el cura no se cuantas veces me caí al saltarlo.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Carmela, la calle La lágrima ¿era por la panadería de Higueras?.

El domingo me saltó la duda sobre los marmolillos ¿nos has dicho tú alguna vez que los han quitado?. Sería una pena, pues no hacen daño a nadie, por su altura. Y tienen mucho sabor y a más de uno nos traen recuerdos de juegos. Por cierto he visto una fotografía de los años 50 donde no hay marmolillos y tampoco separación entre calle Ponce y La Purísima.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Sobre la cuestión que plantea Animal Farm, en relación a la calle Violante y Jorege, puedo hacer ya unas aclaraciones. No es este el pavimento original de la calle, si esta es de origen medieval. La primera aclaración es que, consultando el Kerigma de 2008, en un artículo de Joaquín de Alba sobre la calle Santo Domingo, se publica un plano de esta zona, original de un libro de Nieto Cumplido, tal como ésta sería en aquellos tiempos y la calle no aparece como tal, aunque haya edificios con fachada allí y el río esté cerca. Y la segunda, que el pavimento de grandes losas es del siglo XX, mi hermano mayor lo vio colocar y casi estuvo a punto de costarle una lesión en la cabeza al saltarle un trozo cuando golpeaba el cantero la piedra. Eso no significa que no hubiese algún pavimento similar anterior allí o en calles cercanas. Pero el actual es moderno, obviamente, con no más de 70 años. Seguiremos investigando.

Carmela Lora dijo...

No he podido contestarte antes Schevi; efectivamente la calle era conocida por la Lágrima por que la panaderia de Miguelito Higueras era llamada así (por lo menos era lo que me contaban).
Referente a los marmolillos le he preguntado al tío Manuel y me ha dicho que siempre los recuerdas, aunque a veces los quitaban por alguna obra, como ha ocurrido en estos momentos y solo han puesto el de la esquina con el Río Seco (espero que pongan tambien el que falta)

MUÑOZ ROJO dijo...

Hola Chevi. Creo que el nombre de Violante y Jorge viene de la comedia de cautivos de Lope de Vega, Jorge Toledano. Me gusta mucho tu crónica por las calles de Palma, son un compendio de historia y lirismo. Muñoz Rojo.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Muchas gracias, Manolo. Por responder al llamamiento sobre el origen del nombre de la calle. Y, también, por tu comentario sobre mis escritos sobre la Palma que conocí de niño y joven, a la que calificas de "hisotoria". No es mi pretensión hacer historia, solo evocación, relato de recuerdos, que, como tales, son subjetivos y algunas veces están tamizados por los sentimientos y las brumas de la memoria personal. Un placer verte por este humilde blog. Saludos.